Somos gotas de alguno de los tantos ríos que sobreviven a la constante destrucción de la mano del hombre, que insiste en destruir el paraíso donde puede vivir.
Somos como un viento que no muere cuando la vida se acaba.
Y por éso no creo en otra inmortalidad más que ésa
Porque estoy seguro que uno sobrevive en la memoria y en los actos de los demás.
Eduardo Galeano
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