Allá por el año 960, los misioneros cristianos invadieron Escandinavia,
y amenazaron a los vikingos: si persistían en sus paganas costumbres,
iban a parar al Infierno, donde ardía el fuego eterno.
Los vikingos agradecieron la buena noticia.
Ellos temblaban de frío no de miedo.
Eduardo Galeano.
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