Dicen que él no inventó la máquina de vapor, pero en todo caso fue él quien supo desarrollarla, sin mayores pretensiones, y en un modesto taller engendró la fuente de energía de la revolución industrial.
A partir de entonces, de aquella máquina nacieron otras máquinas, que convirtieron a los campesinos en obreros, y a ritmo de vértigo el día de hoy se hizo mañana y el día de ayer fue enviado a la prehistoria.
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