"Hacia el final de “El cazador de historias” el escritor, en una cuerda autobiográfica, ratifica su vocación y sale al cruce a una sentencia de Jean Paul Sartre (“escribir es una pasión inútil”) señalando que: “como humanito, tironeado por el aliento o el desaliento… sigo escribiendo, practicando esta pasión inútil”.
Concluye rescatando dos frases: una que le pasa el narrador Juan Carlos Onetti, quien la adjudica a un proverbio chino: “Las únicas palabras que merecen existir son las palabras mejores que el silencio”; la segunda, que integra un breve texto trabajado en sus últimos días de vida, fue tomada de una carta de un indígena guaraní y retrata a Galeano en su afán de finitud y libertad:
- “Ya camino por el viento”.
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