Phoolan Devi tuvo la mala ocurrencia de nacer pobre y mujer, y en una de
las castas más bajas de la India.
En 1974, a los once años de edad, sus padres la casaron con un señor de
casta no tan baja, a quien dieron por dote una vaca.
Como Phoolan ignoraba los deberes conyugales, su marido la instruía
torturándola y violándola. Y cuando huyó, él la denunció, y los policías la
torturaron y la violaron. Y cuando volvió a su aldea, el buey, su buey, fue el
único que no la acusó de ser impura.
Y se fue.
las castas más bajas de la India.
En 1974, a los once años de edad, sus padres la casaron con un señor de
casta no tan baja, a quien dieron por dote una vaca.
Como Phoolan ignoraba los deberes conyugales, su marido la instruía
torturándola y violándola. Y cuando huyó, él la denunció, y los policías la
torturaron y la violaron. Y cuando volvió a su aldea, el buey, su buey, fue el
único que no la acusó de ser impura.
Y se fue.
Y conoció a un ladrón de frondoso prontuario, y ése fue el único
hombre que le preguntó si tenía frío y si se sentía bien.
Su amante ladrón cayó acribillado en la aldea de Behmai, y ella fue
arrastrada por las calles y torturada y violada por unos cuantos dueños de
tierras.
hombre que le preguntó si tenía frío y si se sentía bien.
Su amante ladrón cayó acribillado en la aldea de Behmai, y ella fue
arrastrada por las calles y torturada y violada por unos cuantos dueños de
tierras.
Y algún tiempo después, Phoolan volvió a Behmai, en plena noche, y al
frente de una banda de forajidos buscó a esos hombres, casa por casa, y
encontró a veintidós y los despertó, uno por uno, y los mató.
Por entonces, Phoolan Devi tenía dieciocho años.
frente de una banda de forajidos buscó a esos hombres, casa por casa, y
encontró a veintidós y los despertó, uno por uno, y los mató.
Por entonces, Phoolan Devi tenía dieciocho años.
Toda la región bañada
por el río Yamuna sabía que ella era hija de la diosa Durga, bella y violenta
como la mamá.
por el río Yamuna sabía que ella era hija de la diosa Durga, bella y violenta
como la mamá.
Eduardo Galeano.
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