"Cuando está de veras viva, la memoria no contempla la historia, sino que invita a hacerla, más que en los museos, donde la pobre se aburre, la memoria está en el aire que respiramos.
Ella, desde el aire, nos respira.
Es contradictoria, como nosotros.
Nunca está quieta.
Con nosotros, cambia.
A medida que van pasando los años, y los años nos van cambiando, va cambiando también nuestro recuerdo de lo vivido, lo visto y lo escuchado.
Y a menudo ocurre que ponemos en la memoria lo que en ella queremos encontrar, como suele hacer la policía con los allanamientos.
La nostalgia, por ejemplo, que tan gustosa es, y que tan generosamente nos brinda el calorcito de su refugio, es también tramposa:
¿Cuántas veces preferimos el pasado que inventamos al presente que nos desafía y al futuro que nos da miedo?
La memoria viva no nació para ancla.
Tiene, más bien, vocación de catapulta.
Quiere ser puerto de partida, no de llegada.
Ella no reniega de la nostalgia, pero prefiere la esperanza, su peligro, su intemperie.
Creyeron los griegos que la memoria es hermana del tiempo y de la mar,
y no se equivocaron."
Eduardo Galeano
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