"En el año 2009, Turquía devolvió la nacionalidad negada a Nazim Hikmet y reconoció por fin que era turco su poeta más amado y más odiado.
Él no pudo enterarse de esta buena noticia: había muerto hacía medio siglo en el exilio, donde había pasado la mayor parte de su vida.
Su tierra lo esperaba, pero sus libros estaban prohibidos, y él también. El desterrado quería volver:
Todavía me quedan cosas por hacer.
Me reuní con las estrellas, pero no pude contarlas.
Saqué agua del pozo, pero no pude ofrecerla.
Nunca volvió."
Eduardo Galeano.
De: " Los hijos de los días."
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