"En las montañas más altas de Cajamarca, las que más demoraron en despertar
y levantarse cuando el mundo nació, hay imágenes de la tierra y signos del cielo.
Son figuras pintadas, hace unos cuantos miles de años, por los artistas sin nombre.
Esos tatuajes de colores en las laderas de piedra han sobrevivido a la intemperie,
a pesar de los golpes de la lluvia y los mordiscones del tiempo.
Las pinturas son y no son, según la hora.
Algunas se abren cuando se abre el día, y al mediodía desaparecen;
muchas van cambiando de forma y de color a lo largo del camino del sol,
desde el alba hacia la noche; y otras sólo se dejan ver cuando el crepúsculo llega.
Porque las pinturas han nacido de la mano humana, pero también son obra de la luz.
Y están a su mandar.
Ella, la luz, la otra artista, reina y señora,
las esconde y las muestra como quiere y cuando quiere."
EDUARDO GALEANO
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