“El individualismo agresivo
no es el que va a impulsar bien a la Humanidad
sino que la va a destruir.”
José María Arguedas.
Lima . 1969.
Se parte el cráneo de un balazo. Su historia es la historia del Perú y enfermo de Perú se mata.
Hijo de blancos, José María Arguedas había sido criado por los indios. Habló quechua toda su infancia.
A los diecisiete años fue arrancado de la sierra y arrojado a la costa; salió de los pueblitos comuneros para entrar en las ciudades propietarias.
Aprendió la lengua de los vencedores y en ella habló y escribió.
Nunca escribió sobre los vencidos, sino desde ellos.
Supo decirlos pero su hazaña fue su maldición.
Sentía que todo lo suyo era traición o fracaso, desgarramiento inútil.
No podía ser indio, no quería ser blanco, no soportaba ser a la vez el desprecio y el despreciado.
Caminó el solitario caminante al borde de ese abismo entre los dos mundos enemigos que le dividían el alma.
Muchas avalanchas de angustia le cayeron encima, peores que cualquier alud de lodo y piedras... hasta que fue derribado.
EDUARDO GALEANO .
De: " Amares."
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