Las lenguas fue una de las diversidades calumniadas en la Biblia.
Cuando cuenta que Dios castiga a Babilonia con hablar lenguas distintas para que no pudieran entenderse y continuar con la idea de levantar una torre hasta el cielo, nos dice que, desde el comienzo, la diversidad de lenguas es un castigo y no una bendición.
Y nos hizo un gran favor salvándonos del aburrimiento de hablar todos la misma lengua y pensar el mismo pensamiento, soñar los mismos sueños, sentir las mismas sensaciones.
Las palabras brotan de cierto suelo y huelen de determinada manera.
Eduardo Galeano
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