Carlos Fuentealba es un muerto incómodo.
Lo sepultan una vez, y otra vez, y otra, y nada.
Lo sepultan una vez, y otra vez, y otra, y nada.
Ahí sigue.
Tengo la sospecha de que esta porfiada resurrección no educará a sus asesinos, que ignoran la decencia y desprecian la docencia.
Tengo la sospecha de que esta porfiada resurrección no educará a sus asesinos, que ignoran la decencia y desprecian la docencia.
Pero tengo la certeza de que ayudará a confirmar, que no hay impunidad que sea eternamente impune”.
E. Galeano
E. Galeano
No hay comentarios.:
Publicar un comentario