“La naturaleza está ya muy cansada”, escribió el fraile español Luis Alfonso de Carvallo.
Fue en 1695. Si nos viera ahora...
Una gran parte del mapa de España se está quedando sin tierra. La tierra se va; y más temprano que tarde, entrará la arena por las rendijas de las ventanas. De los bosques mediterráneos, queda en pie un quince por ciento.
Hace un siglo, los bosques cubrían la mitad de Etiopía, que hoy es un vasto desierto.
La Amazonia brasileña ha perdido florestas del tamaño del mapa de Francia.
En América Central, a este paso, pronto se contarán los árboles como el calvo cuenta sus pelos.
La erosión expulsa a los campesinos de México, que se marchan del campo o del país.
Cuanto más se degrada la tierra en el mundo, más fertilizantesy pesticidas hay que usar.
Según la Organización Mundial de la Salud, estas ayudas químicas matan tres millones de agricultores por año.
Como las lenguas humanas y las humanas culturas, van muriendo las plantas y los animales.
Las especies desaparecen a un ritmo de tres por hora, según el biólogo Edward O. Wilson.
Y no sólo por la deforestación y la contaminación: la producción en gran escala,
la agricultura de exportación
y la uniformización del consumo están aniquilando la diversidad.
Cuesta creer que hace apenas un siglo había en el mundo más de quinientas variedades de lechuga y 287 tipos de zanahoria.
Y 220 variedades de papa, sólo en Bolivia. "
EDUARDO GALEANO
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