“Vi nieve por primera vez con Allende. Y me pareció deslumbrante por su suavidad…yo no sabía que la nieve era tan suave, era algo que acariciaba el aire, que acariciaba la noche, me quedé como embelesado, hipnotizado, lo cual nos dio pretexto para tomarnos un segundo whisky con Salvador.
Después de esa misión periodística, se nos convirtió en costumbre visitarnos…La primera vez que volví después de su muerte dije en un acto público, lo que cayó muy mal, que me dolía muchísimo que una avenida muy importante de Santiago de Chile se llamara 11 de septiembre en homenaje a un Golpe criminal que había asesinado al demócrata más digno de todos los tiempos de América Latina. Porque nadie ejerció la democracia tan a fondo como él.
Allende fue un símbolo de democracia para todos, y que me sorprendía que Chile no lo valorizara, porque esa avenida llamada así es una ofensa, como escupirle en el cadáver…no recuerdo en qué acto fue que cayó horrible, pero yo lo decía como amigo, porque fue mi amigo”.
EDUARDO GALEANO.
- Reportaje -
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