" Pensé que conocía unas cuantas historias buenas para contar a los demás, y descubrí, o confirmé, que escribir era lo mío.
Muchas veces había llegado a convencerme de que ese oficio solitario no valía la pena si uno lo comparaba, pongamos por caso, con la militancia o la aventura.
Había escrito y publicado mucho, pero me habían faltado huevos para llegar al fondo de mí y abrirme del todo y darme.
Escribir era peligroso, como hacer el amor cuando se lo hace como debe ser.
Aquella noche me di cuenta de que yo era un cazador de palabras.
Para eso había nacido.
Ésa iba a ser mi manera de estar con los demás después de muerto y así no se iban a morir del todo las personas y las cosas que yo había querido. "
Eduardo Galeano.
- Días y noches de amor y de guerra -
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