En1915, Joe Hill fue fusilado en Salt Lake City.
Este extranjero agitador, que había cambiado dos veces de nombre y mil veces de oficio y de domicilio, había compartido las canciones que acompañaban las huelgas obreras en los Estados Unidos.
En la última noche, pidió a sus compañeros que no perdieran el tiempo llorándolo:
"Mi última voluntad es fácil de decir,
porque no dejo herencia para dividir:
Mi libertad es todo lo que queda.
No cría musgo la piedra que rueda."
Eduardo Galeano
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