8.8.15

"Raimón".


"Al vent,
la cara al vent,
el cor al vent,
les mans al vent,
els ulls al vent,
al vent del món."


«Tendría que escribir más canciones contra el miedo. Todas las canciones contra el miedo». Raimón vuelve la cara al sol que se alza, blanco, sol de invierno recién nacido, entre las montañas. 
Tiene ahora 26 años. 
Su padre, un carpintero anarquista, acababa de salir de la cárcel cuando él nació: la familia vivía, vive todavía, en el barrio obrero de Játiva, en una calle que se llamaba, pero ya no se llama, De la Libertad. 
En el 1939, al fin de la guerra, la calle perdió su nombre: las tropas franquistas le blanquearon el rótulo, a la cal, y desde entonces la gente la llama Calle Blanca, Carrer Blanc en catalán. 
Esta es la casa que Raimón debió abandonar, hace unos pocos años, «la cara al vent, al vent del món», «porque creo que puedo deciros, en mi maltratada lengua», en su lengua catalana dicha al modo de Valencia, paraules i fets que encare ens fan sentir homes entre els homes.
Raimón no es popular solamente entre los casi siete millones de españoles que hablan catalán; de norte a sur y de este a oeste, lo mejor de la nueva generación reconoce su naciente voluntad de afirmación y lucha en las canciones que Raimón, más que cantar, vocifera. 
Eduardo Galeano.

Al vent,
la cara al vent,
el cor al vent,
les mans al vent,
els ulls al vent,
al vent del món.

I tots,
tots plens de nit,
buscant la llum,
buscant la pau,
buscant a déu,
al vent del món.

La vida
ens dóna penes,
ja el nàixer 
és un gran plor:
la vida 
pot ser eixe plor;
però nosaltres al vent,
la cara al vent,
el cor al vent,
les mans al vent,
els ulls al vent,
al vent del món.
I tots,
tots plens de nit,
buscant la llum,
buscant la pau,
buscant a déu, 
al vent del món.

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