En 1998, la Dirección Nacional del Régimen Penitenciario de la República
de Bolivia recibió una carta firmada por todos los presos de una cárcel del valle
de Cochabamba.
Los presos pedían a las autoridades que tuvieran a bien elevar la altura del
muro de la prisión, porque los vecinos lo saltaban fácilmente y les robaban la
ropa que ellos colgaban a secar en el patio.
Como no había presupuesto disponible, no hubo respuesta.
Y como no
hubo respuesta, los presos no tuvieron más remedio que poner manos a la obra.
Y alzaron bien alto el muro, con ladrillos de barro y paja, para protegerse de los
ciudadanos que vivían en los alrededores de la prisión.
hubo respuesta, los presos no tuvieron más remedio que poner manos a la obra.
Y alzaron bien alto el muro, con ladrillos de barro y paja, para protegerse de los
ciudadanos que vivían en los alrededores de la prisión.
Eduardo Galeano
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