“En Brasil, la energía y la mano de obra son baratas y el medio ambiente sufre, en silencio, el feroz impacto de esta industria sucia.
Para dar electricidad al aluminio, Brasil ha inundado gigantescas extensiones del bosque tropical.
Ninguna estadística registra el costo ecológico de este sacrificio.
Al fin y al cabo, es costumbre: otros muchos sacrificios sufre la floresta amazónica, mutilada día tras día, año tras año, al servicio de las empresas madereras, ganaderas y mineras.”
“En Taiwán, un tercio del arroz no se puede comer, porque está envenenado de mercurio, arsénico o cadmio; en Corea del Sur, sólo se puede beber agua de la tercera parte de los ríos. Ya no hay peces comestibles en la mitad de los ríos de China. En una carta, un niño chileno retrató así a su país: «Salen barcos llenos de árboles y llegan barcos llenos de autos»”.
La degradación ambiental continúa."
Eduardo Galeano
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