"Las ideas del semanario Marcha revelaban cierta inclinación al rojo, pero más rojos estaban los números.
Hugo Alfaro, que además de ser periodista hacía las veces de administrador y cumplía
la insalubre tarea de pagar las cuentas, saltaba de alegría en raras ocasiones:
-¡Tenemos la edición financiada!
Había llegado publicidad.
En la historia universal del periodismo independiente siempre se ha celebrado semejante milagro como una prueba de la existencia de Dios.
Pero al director, Carlos Quijano, se le ponía verde la cara.
Horror: no había peor noticia que aquella buena noticia.
Si entraba publicidad, se iba a sacrificar alguna página, o varias,
y cada pedacito de página era un sagrado espacio imprescindible
para cuestionar certezas,
arrancar máscaras,
alborotar avisperos
y ayudar a que mañana no fuera otro nombre de hoy.
Al cabo de treinta y cuatro años, la dictadura militar irrumpió en el Uruguay
y acabó con Marcha y otras locuras."
EDUARDO GALEANO.
De : " Bocas del tiempo."
No hay comentarios.:
Publicar un comentario