En el Perú, una maga me cubrió de rosas rojas
y después me leyó la suerte.
La maga me anunció:
- Dentro de un mes, recibirás una distinción.
Yo me reí.
Me reí por la infinita bondad de esa mujer desconocida,
que me regalaba flores y augurios de éxitos, y me
reí por la palabra distinción, que tiene no se qué
de cómica, y porque me vino a la cabeza un viejo amigo
del barrio, que era muy bruto pero certero, y que
solía decir, sentenciando, levantando el dedito: - .A
la corta o a la larga, los escritores se hamburguesan.
Así que me reí.
Y la maga se rió de mi risa.
Un mes después, exactamente un mes después,
recibí en Montevideo un telegrama.
En Chile, decía el telegrama, me habían otorgado una distinción. Era el premio José Carrasco."
GALEANO
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