"Cuando el sol se va y se echa a dormir en esa hamaca que
es el horizonte, es la hora más bella del día.
Muchas veces me pregunto cuán triste ha de ser morir y no verlo.
Porque su capacidad de belleza te devuelve la fe en todo lo que puedas haberlo lastimado o perdido.
No hay ningún crepúsculo que se parezca a otro.
Son todos diferentes, y en Montevideo somos tan afortunados
que los tenemos delante.
El sol cae ante nuestros ojos."
GALEANO
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