22.8.15

"Indios."

El monumento más alto de la Argentina se ha erigido en homenaje al general Roca, que en el siglo XIX exterminó a los indios de la Patagonia.

La avenida más larga del Uruguay lleva el nombre del general Rivera, que en el siglo XIX exterminó a los últimos indios charrúas.
Eduardo Galeano

Tenochtitlán.

Tenochtitlán, el centro del imperio azteca, era de agua.
 Hernán Cortés demolió la ciudad, piedra por piedra, y con los escombros tapó los canales por donde navegaban 200 mil canoas. 
Ésta fue la primera guerra del agua en América.
 Ahora Tenochtitlán se llama México DF.
 Por donde corría el agua, corren los autos.
Eduardo Galeano

Barbarie.

En 1493, el Vaticano regaló América a España y obsequió el África negra a Portugal, “para que las naciones bárbaras fueran reducidas a la fe católica”. 
Por entonces, América tenía 15 veces más habitantes que España y el África negra 100 veces más que Portugal.
Tal como había mandado el Papa, las naciones bárbaras fueron reducidas. Y muy.
Eduardo Galeano

21.8.15

"Exilio".

no sólamente proporciona experiencias dolorosas.
Cierra unas puertas ... pero abre otras .
Es una penitencia y , a la vez ,una libertad
y una responsabilidad.
Tiene una cara negra y tiene  una cara roja."

Eduardo Galeano.
"Nosotros decimos no."





"Los nombres suelen no coincidir con lo que nombran".

Imágenes integradas 1

Cuando fueron desalojados del Paraíso, Adán y Eva se mudaron al África, no a París.
Algún tiempo después, cuando ya sus hijos se habían lanzado a los caminos del mundo,
 se inventó la escritura. En Irak, no en Texas.
También el álgebra se inventó en Irak. La fundó Mohamed al-Jwarizmi,
 hace mil 200 años, y las palabras algoritmo y guarismo derivan de su nombre.
Los nombres suelen no coincidir con lo que nombran.
 En el British Museum, pongamos por caso, las esculturas del Partenón se llaman
 “mármoles de Elgin”, pero son mármoles de Fidias. 
Elgin se llamaba el inglés que las vendió al museo.
Las tres novedades que hicieron posible el Renacimiento europeo, la brújula, la pólvora
 y la imprenta,
 habían sido inventadas por los chinos, que también inventaron casi todo lo que Europa reinventó.
Los hindúes habían sabido antes que nadie que la Tierra era redonda
 y los mayas habían creado el calendario más exacto de todos los tiempos.
Eduardo Galeano.
"Espejos" - Una historia casi universal.

"Mundo globalizado".


Foto Sebastiao Salgado

Niños esclavos de un mundo Globalizado 
Ellos, y ellas, son la mano de obra gratuita de los talleres, las tiendas y
las cantinas caseras, o son la mano de obra a precio de ganga de las
industrias de exportación que fabrican ropa deportiva para las
grandes empresas multinacionales. Trabajan en las faenas agrícolas
o en los trajines urbanos, o trabajan en su casa, al servicio de quien
allá mande. Son esclavitos o esclavitas de la economía familiar o del
sector informal de la economía globalizada, donde ocupan el escalón
más bajo de la población activa al servicio del mercado mundial:
en los basurales de la ciudad de México, Manila o Lagos, juntan
vidrios, latas y papeles, y disputan los restos de comida con los
buitres;
se sumergen en el mar de Java, buscando perlas;
persiguen diamantes en las minas del Congo;
son topos en las galerías de las minas del Perú, imprescindibles
por su corta estatura y cuando sus pulmones no dan más, van a parar
a los cementerios clandestinos;
cosechan café en Colombia y en Tanzania, y se envenenan con los
pesticidas; se envenenan con los pesticidas en las plantaciones de algodón de
Guatemala y en las bananeras de Honduras;
en Malasia recogen la leche de los árboles del caucho, en jornadas
de trabajo que se extienden de estrella a estrella;
tienden vías de ferrocarril en Birmania;
al norte de la India se derriten en los hornos de vidrio, y al sur en
los hornos de ladrillos;
en Bangladesh, desempeñan más de trescientas ocupaciones
diferentes, con salarios que oscilan entre la nada y la casi nada por
cada día de nunca acabar;
corren carreras de camellos para los emires árabes y son jinetes
pastores en las estancias del río de la Plata;
en Port-au-Prince, Colombo, Jakarta o Recife sirven la mesa del
amo, a cambio del derecho de comer lo que de la mesa cae;
venden fruta en los mercados de Bogotá y venden chicles en los
autobuses de San Pablo;
limpian parabrisas en las esquinas de Lima, Quito o San
Salvador; lustran zapatos en las calles de Caracas o Guanajuato;
cosen ropa en Tailandia y cosen zapatos de fútbol en Vietnam;
cosen pelotas de fútbol en Pakistán y pelotas de béisbol en
Honduras y Haití;
Para pagar las deudas de sus padres, recogen té o tabaco en las
plantaciones de Sri Lanka y cosechan jazmines en Egipto, con
destino a la perfumería francesa;
alquilados por sus padres, tejen alfombras en Irán, Nepal y en la
India, desde antes del amanecer hasta pasada la medianoche, y
cuando alguien llega a rescatarlos, preguntan: «¿Es usted mi nuevo
amo?»;
vendidos a cien dólares por sus padres, se ofrecen en Sudán para
labores sexuales o todo trabajo.
Por la fuerza reclutan niños los ejércitos, en algunos lugares de
África, Medio Oriente y América Latina. En las guerras, los
soldaditos trabajan matando, y sobre todo trabajan muriendo; ellos
suman la mitad de las víctimas en las guerras africanas recientes.

Eduardo Galeano

18.8.15

"La historia es una paradoja andante."

“… La Historia es un profeta
con la mirada vuelta hacia  atrás,
por lo que fue y contra lo que fue,
anuncia lo que será …”
Galeano 

Cada día, leyendo los diarios, asisto a una clase de historia.
Los diarios me enseñan por lo que dicen y por lo que callan.
La historia es una paradoja andante.
 La contradicción le mueve las piernas.
 Quizá por eso sus silencios dicen más que sus palabras y con frecuencia sus palabras revelan, mintiendo, la verdad.
Eduardo Galeano