20.11.21

"Memorias del calabozo." Prólogo de Eduardo Galeano.


" Alguna vez, a lo largo de estos largos años, pudieron mirarse al espejo: vieron a otro. 

Flacos como “fakires”, triturados por la tortura incesante,

 los “rehenes” de la dictadura militar uruguaya 

anduvieron de cuartel en cuartel, 

condenados a la soledad de calabozos poco más grandes que un ataúd.

 No podían hablar ni siquiera con las cosas.

 En las celdas no había cosas, no había nada. 

Dormían sobre el helado suelo de hormigón, 

sobresaltados por cualquier ruido de rejas o paso de botas

que podía anunciar una nueva ronda de torturas.

 A veces no les daban ni agua, y ellos bebían sus propios orines.

 A veces les negaban comida, y ellos comían moscas, gusanos, papeles,

 tierra. 

A veces ocurría un milagro: una ráfaga de aire fresco

 traía un aroma de naranjas por algún agujerito de la ventana

 tapiada; o por el agujerito entraba un bichito de luz,

 o una pluma de pájaro. 

Y a veces resonaba, en la pared, algún mensaje del preso vecino:

 un mensaje dicho con los nudillos de los dedos.

 Esta obra celebra una victoria de la palabra humana.

 Dos de los “rehenes”, Mauricio Rosencof y el “Ñato” Fernández

 Huidobro, evocan en estas páginas su experiencia en aquel reino 

del silencio y del terror.

 Cuentan cómo lograron salvar su condición humana,

 prendidos a la vida “como la hiedra al muro”, 

contra un sistema que quiso volverlos locos y convertirlos en cosas.

 La comunicación, lograda por un improvisado código morse, 

fue la clave de esa salvación. 

Tamborileaban los dedos y así ellos reconquistaban el negado derecho

 a la voz: a través del muro se daban aliento y consuelo,

 discutían, compartían experiencias y delirios, 

gentes y fantasmas, recuerdos y sueños. 

Aquella música de tamborcitos,

 aquellos ruiditos humildes, eran la mejor sinfonía de Beethoven;

 en ellos resonaba la 15 Memorias Nuevas 16/9/08 13:47 Página 15

 maravilla del universo.

 Prohibida la boca, hablaban los dedos.

 Hablaban el lenguaje verdadero, que es el que nace de la necesidad

 de decir.

 El encuentro entre Mauricio y el Ñato a través de la pared

 no sólo revela la fuerza de dignidad y el poder de astucia de nuestros

 presos políticos: ese diálogo alucinante es, además, 

el más certero símbolo del fracaso de un sistema

 que quiso convertir a todo el Uruguay en un país de sordomudos."


 EDUARDO  GALEANO

17.11.21

" Los campos de concentración."

“El deber del superviviente es dar testimonio de lo que ocurrió,
 hay que advertir a la gente que estas cosas pueden suceder,
 que el mal puede desencadenarse.
 El odio racial, la violencia y las idolatrías todavía proliferan.”

Elie Wiesel


"Cuando Namibia conquistó la independencia, en 1990, se siguió llamando Göring la principal avenida de su capital. No por Hermann, el célebre jefe nazi, sino en homenaje a su papá, Heinrich Göring, que fue uno de los autores del primer genocidio del siglo XX.

Aquel Göring, representante del imperio alemán en ese país africano, había tenido la bondad de confirmar, en 1904, la orden de exterminio dictada por el general Lothar von Trotta.

Los hereros, negros pastores, se habían alzado en rebelión. El poder colonial los expulsó a todos y advirtió que mataría a los hereros que encontrara en Namibia, hombres, mujeres o niños, armados o desarmados.

De cada cuatro hereros murieron tres. Los abatieron los cañones o los soles del desierto adonde fueron arrojados.

Los sobrevivientes de la carnicería fueron a parar a los campos de concentración, que Göring programó. Entonces, el canciller Von Bülow tuvo el honor de pronunciar por primera vez la palabra konzentrationslager.

Los campos, inspirados en el antecedente británico de África del Sur, combinaban el encierro, el trabajo forzado y la experimentación científica. Los prisioneros, que extenuaban la vida en las minas de oro y diamantes, eran también cobayos humanos para la investigación de las razas inferiores. En esos laboratorios trabajaban Theodor Mollison y Eugen Fischer, que fueron maestros de Joseph Mengele.

Mengele pudo desarrollar sus enseñanzas a partir de 1933. Ese año, Göring hijo fundó los primeros campos de concentración en Alemania, siguiendo el modelo que su papá había ensayado en África."


EDUARDO  GALEANO.