15.12.20

"Hombre verde."

 "...Pensaron que podrían amordazar la fe
 en el reino de la justicia 
y convertir en moneda 
el esplendor de la primavera.
 Ni presintieron que eres de la estirpe 
de los seres que nacen para permanecer.
 Ahora, intocable, prescindes del cuerpo.
 Perduras con nosotros.
 Nos llevas y te llevamos.
 He aquí que la vida del hombre 
y lo que habla y lo que hace 
se hace fundamento de lo que será el porvenir.."

THIAGO DE MELLO


Hoy hubiera sido el cumpleaños de Chico Mendes.

Hubiera sido.

Pero los asesinos de la Amazonia matan los árboles molestos, y también matan a la gente molesta.

Gente como Chico Mendes.

Sus padres, esclavos por deudas, habían llegado a las plantaciones de caucho desde el lejano desierto de Ceará.

Él aprendió a leer a los veinticuatro años.

En la Amazonia organizó sindicatos y juntó a los solos, peones esclavizados, indios desalojados, contra los devoradores de tierras y sus bandoleros a sueldo, y contra los expertos del Banco Mundial, que financian el envenenamiento de los ríos y el bombardeo de la selva.

Y fue marcado para morir.

Los tiros entraron por la ventana. 

EDUARDO  GALEANO.

De: " Los hijos de los días."

"Genocidio y ecocidio."


 La salud del mundo está hecha un asco.

 “Somos todos responsables”, claman las voces de la alarma universal, y la generalización absuelve: si somos todos responsables nadie es.

 Como conejos se reproducen los nuevos tecnócratas del medio ambiente.

 Es la tasa de natalidad más grande del mundo: los experto s generan expertos y más expertos que se ocupan de envolver el tema en el papel celofán de la ambigüedad.

 Ellos fabrican el brumoso lenguaje de las exhortaciones al “sacrificio de todos” 

en las declaraciones de los gobiernos y en los solemnes acuerdos internacionales

 que nadie cumple. 

Estas cataratas de palabras, inundación que amenaza convertirse en una catástrofe ecológica comparable al agujero de ozono, no se desencadenan gratuitamente.

 El lenguaje oficial ahoga la realidad para otorgar impunidad a la sociedad de consumo,

 a quienes la imponen por modelo en nombre del desarrollo y las grandes empresas 

que  le sacan jugo. Pero las estadísticas confiesan.

 Los datos ocultos bajo el palabrerío revelan que el veinte por ciento de la humanidad 

comete el ochenta por ciento de las agresiones contra la naturaleza,

 crimen que los asesinos llaman suicidio, y es la humanidad 

entera quien paga las consecuencias de la degradación de la tierra,

 la intoxicación del aire, 

el envenenamiento del agua,

 el enloquecimiento del clima 

y la dilapidación de los recursos naturales no renovables."


EDUARDO  GALEANO..