" Ocurrió en La Sebastiana, otra casa de Neruda, recostada en la montaña,
sobre la bahía de Valparaíso.
La casa estaba cerrada a cal y canto, con tranca y candado y bajo siete llaves
, habitada por nadie, desde hacía mucho tiempo.
Ya los militares habían usurpado el poder, ya había corrido la sangre por las calles,
ya Neruda había muerto de cáncer o de pena.
Entonces unos ruidos raros, en el interior de la casa clausurada,
llamaron la atención de los vecinos.
Alguien se asomó por la ventana, y vio los ojos brillantes y las garras
en ataque de un águila inexplicable.
El águila no podía estar allí, no podía haber entrado,
no tenía por dónde,
pero adentro estaba: y adentro daba violentos aletazos."
EDUARDO GALEANO.