—Pídeme lo que quieras—ofrecía Dios.
Carver pidió que le revelara los secretos del maní.
—Pregúntale al maní—le dijo Dios.
George, hijo de esclavos, dedicó su vida a la resurrección
de las tierras asesinadas por las plantaciones esclavistas.
En su laboratorio, que parecía cocina de alquimista,
elaboró centenares de productos derivados del maní y del boniato: aceite, queso,
mantequilla, salsas, mayonesa, jabón, colorantes, tintas, melazas, pegamentos, talco...
—Lo dicen las plantas—explicaba—.
Ellas lo ofrecen a quien sepa escucharlas.
Cuando murió, en 1943, tenía más de ochenta años y seguía difundiendo recetas y consejos,
y daba clases en una rara universidad, que había sido la primera en aceptar estudiantes negros en Alabama. "
EDUARDO GALEANO.