3.5.19

"Bob Marley ".


"Bob Marley nació en el pobrerío, y grabó sus primeras músicas 
durmiendo en el suelo del estudio.
Y en pocos años se hizo rico y famoso y durmió en lecho de plumas,
 abrazado a Miss Mundo, y fue adorado por las multitudes.
Pero nunca olvidó que él no era solamente él.
Por su voz cantaba el sonoro silencio de los tiempos pasados,
 la fiesta y la furia de los esclavos guerreros
 que durante dos siglos habían vuelto locos a sus amos en las montañas de Jamaica."

EDUARDO  GALEANO.
De: " Los hijos de los días."

Un objeto que quiere ser sujeto

"Durante miles de años, casi toda la gente tuvo el derecho de no tener derechos.
En los hechos, no son pocos los que siguen sin derechos, pero al menos se reconoce, ahora, el derecho de tenerlos; y eso es bastante más que un gesto de caridad de los amos del mundo para consuelo de sus siervos.
¿Y la naturaleza? En cierto modo, se podría decir, los derechos humanos abarcan a la naturaleza, porque ella no es una tarjeta postal para ser mirada desde afuera; pero bien sabe la naturaleza que hasta las mejores leyes humanas la tratan como objeto de propiedad, y nunca como sujeto de derecho.
Reducida a mera fuente de recursos naturales y buenos negocios, ella puede ser legalmente malherida, y hasta exterminada, sin que se escuchen sus quejas y sin que las normas jurídicas impidan la impunidad de sus criminales. A lo sumo, en el mejor de los casos, son las víctimas humanas quienes pueden exigir una indemnización más o menos simbólica, y eso siempre después de que el daño se ha hecho, pero las leyes no evitan ni detienen los atentados contra la tierra, el agua o el aire.
Suena raro, ¿no? Esto de que la naturaleza tenga derechos... Una locura. ¡Como si la naturaleza fuera persona! En cambio, suena de lo más normal que las grandes empresas de los Estados Unidos disfruten de derechos humanos.
 En 1886, la Suprema Corte de los Estados Unidos, modelo de la justicia universal, extendió los derechos humanos a las corporaciones privadas. 
La ley les reconoció los mismos derechos que a las personas, derecho a la vida, a la libre expresión, a la privacidad y a todo lo demás, como si las empresas respiraran. Más de ciento veinte años han pasado y así sigue siendo.
 A nadie le llama la atención."

EDUARDO  GALEANO

“Amarás a la naturaleza, de la que formas parte”.

- La Reja - Buenos Aires -

"El mundo pinta naturalezas muertas, sucumben los bosques naturales,
 se derriten los polos, el aire se hace irrespirable y el agua intomable, 
se plastifican las flores y la comida, y el cielo y la tierra se vuelven locos de remate.
Y mientras todo esto ocurre, un país latinoamericano, Ecuador,
 está discutiendo una nueva Constitución.
 Y en esa Constitución se abre la posibilidad de reconocer, por primera vez en la historia universal,
 los derechos de la naturaleza.
La naturaleza tiene mucho que decir,
 y ya va siendo hora de que nosotros, sus hijos,
 no sigamos haciéndonos los sordos.
 Y quizás hasta Dios escuche la llamada que suena desde este país andino, 
y agregue el undécimo mandamiento que se le había olvidado
 en las instrucciones que nos dio desde el monte Sinaí:
 “Amarás a la naturaleza, de la que formas parte”.
EDUARDO  GALEANO

La naturaleza no es muda