" La luna llama a la mar y la mar llama al humilde
chorrito de agua, que en busca de la mar corre y corre
desde donde sea, por muy lejos que sea,
y corriendo crece y arremete y no hay montaña
que le pare la pechada.
El sol llama a la parra, que queriendo sol se estira y sube.
El primer aire de la mañana llama a los olores
de la ciudad que despierta, aroma de pan recién dorado,
aroma de café recién molido, y los aromas al aire entran
y del aire se apoderan.
La noche llama a las flores del camalote,
y a medianoche en punto estallan en el río
esos blancos fulgores que abren la negrura
y se meten en ella y la rompen y se la comen."
Eduardo Galeano.
De :"El libro de los abrazos."