4.3.16

Latinoamericanos.

"Todavía no hemos podido
 corregir nuestra tendencia
 a la resurrección  inexplicable."
Eduardo Galeano

"Dicen que hemos faltado a nuestra cita con la Historia, y hay que reconocer que nosotros llegamos tarde a todas las citas. 
Tampoco hemos podido tomar el poder, y la verdad es que, a veces, nos perdemos por el camino o nos equivocamos de dirección, y después nos echamos un largo discurso sobre el tema. 
Los latinoamericanos tenemos una jodida fama de charlatanes, vagamundos, buscabroncas, calentones y fiesteros, y por algo será.
 Nos han enseñado que, por ley de mercado, lo que no tiene precio no tiene valor, y sabemos que nuestra cotización no es muy alta.
 Sin embargo, nuestro fino olfato para los negocios nos hace pagar por todo lo que vendemos y nos permite comprar todos los espejos que nos traicionan la cara.
 Llevamos quinientos años aprendiendo a odiarnos entre nosotros y a trabajar con alma y vida por nuestra perdición, y en eso estamos.
 Pero todavía no hemos podido corregir nuestra manía de andar soñando despiertos y chocándonos con todo, y cierta tendencia a la resurrección inexplicable. "

Eduardo Galeano
Patas  arriba (1998) 

"No a la tristeza."



"Ya habrá tiempo para la tristeza.
Años para estar tristes.
Y toda la muerte, que es tan larga.
Ahora no.
No tenemos derecho."

Eduardo Galeano

"Transgénicos. La reforma agraria al revés"

Los abogados de los transgénicos afirman que no está probado que perjudiquen la salud humana.
En todo caso, tampoco está probado que no la perjudiquen.
 Y si tan inofensivos son, ¿por qué los fabricantes de soja transgénica se niegan a aclarar, en los envases, que venden lo que venden? 
¿O acaso la etiqueta de soja transgénica no sería la mejor publicidad?



Y sí que hay evidencias de que estas invenciones del doctor Frankenstein dañan la salud del suelo y reducen la soberanía nacional.

 ¿Exportamos soja o exportamos suelo?
 ¿Y acaso no quedamos atrapados en las jaulas de Monsanto y otras grandes empresas de cuyas semillas, herbicidas y pesticidas pasamos a depender?



Tierras que producían de todo para el mercado local, ahora se consagran a un solo producto para la demanda extranjera.

 Me desarrollo hacia fuera, y del adentro me olvido.
 El monocultivo es una prisión, siempre lo fue, y ahora, con los transgénicos, mucho más.

 La diversidad, en cambio, libera. 
La independencia se reduce al himno y a la bandera si no se asienta en la soberanía alimentaria.
 La autodeterminación empieza por la boca.
 Sólo la diversidad productiva puede defendernos de los súbitos derrumbamientos de precios que son costumbre, mortífera , del mercado mundial.



Las inmensas extensiones destinadas a la soja transgénica están arrasando los bosques nativos y expulsando a los campesinos pobres. 

Pocos brazos ocupan estas explotaciones altamente mecanizadas, que en cambio exterminan los plantíos pequeños y las huertas familiares con los venenos que fumigan.

 Se multiplica el éxodo rural a las grandes ciudades, donde se supone que los expulsados van a consumir, si los acompaña la suerte, lo que antes producían.
 Es la agraria reforma: la reforma agraria al revés.
EDUARDO GALEANO

Mercado....

¿Será mudo el pasado?
Nos negamos a escuchar las voces que nos advierten: los sueños del mercado mundial son las pesadillas de los países que a sus caprichos se someten. 

Seguimos aplaudiendo el secuestro de los bienes naturales que Dios, o el Diablo, nos ha dado, y así trabajamos por nuestra propia perdición y contribuimos al exterminio de la poca naturaleza que queda en este mundo.
La Argentina, Brasil y otros países latinoamericanos están viviendo la fiebre de la soja transgénica. Precios tentadores, rendimientos multiplicados.
La Argentina es, desde hace tiempo, el segundo productor mundial de transgénicos, después de Estados Unidos. 


Esto es pan para hoy y hambre para mañana, como denuncian algunos sindicatos rurales y organizaciones ecologistas.
 Pero ya se sabe que los paisanos ignorantes se niegan a entender las ventajas del pasto de plástico y de la vaca a motor, y que los ecologistas son unos aguafiestas...

 EDUARDO  GALEANO

"El mundo es el mercado".

- Córdoba -

Según la voz de mando, nuestros países deben creer en la libertad de comercio (aunque no exista),
 honrar la deuda (aunque sea deshonrosa),
 atraer inversiones (aunque sean indignas
 y entrar al mundo (aunque sea por la puerta de servicio).

Entrar al mundo: el mundo es el mercado.
El mercado mundial, donde se compran países.
 Nada de nuevo.
 América latina nació para obedecerlo, cuando el mercado mundial todavía no se llamaba así, y mal que bien seguimos atados al deber de obediencia.
Esta triste rutina de los siglos empezó con el oro y la plata y siguió con el azúcar, el tabaco, el guano, el salitre, el cobre, el estaño, el caucho, el cacao, la banana, el café, el petróleo...

¿Qué nos dejaron esos esplendores?
 Nos dejaron sin herencia ni querencia.
 Jardines convertidos en desiertos,
 campos abandonados,
montañas agujereadas,
 aguas podridas,
 largas caravanas de infelices condenados a la muerte temprana,
vacíos palacios donde deambulan los fantasmas...

Ahora es el turno de la soja transgénica y de la celulosa.

 Y otra vez se repite la historia de las glorias fugaces, que al son de sus trompetas nos anuncian desdichas largas.

EDUARDO  GALEANO.
Fuente : Página 12.

2.3.16

"Intransigencia."


¿Verdad que xenofobia e intolerancia, racismo e intransigencia
 vienen a ser 
la misma cosa?
 Parece que los extranjeros  molestan más por su pobreza, que por
 su color,
 su procedencia, o incluso su religión.

Nos cuentan que son maravillosas la diversidad y la interculturalidad,
 y que son enriquecedoras la comunión entre distintas etnias 
y la relación entre culturas diferentes.

Lastimosamente, hay gente que sigue prefiriendo el arco iris de
 un solo color,
 el piano sin semitonos, el mundo con un solo idioma y con
 una sola religión,
 y los dados con una sola cara…

Eduardo  Galeano.