Para los guaraníes la Palabra tiene un valor esencial, sagrado.
En sí misma es alma.
“Devolver a las palabras el sentido que han perdido,
En sí misma es alma.
“Devolver a las palabras el sentido que han perdido,
manipuladas como están por un sistema que las usa para negarlas.
Hay una lección que el mundo ignora y que nos han dado a todos, los indios guaraníes a la hora en que crearon su lenguaje.
En su idioma guaraní, palabra y alma se dicen igual.
Hay una voz “ñ’e”, donde dicen que palabra y alma son lo mismo.
Y en este sistema des-almado que ha logrado la casi unanimidad universal
en nombre de la lucha contra el materialismo –que es el más materialista
de los sistemas que la humanidad haya conocido–
la palabra ha estado y sigue estando manipulada con propósitos comerciales o de engaño político.
Su uso y abuso traiciona al alma.
O sea, que esta identidad entre la palabra y el alma se rompe todos los días,
sufre traiciones”.
EDUARDO GALEANO.
Para los guaraníes, la Palabra tiene un valor esencial, sagrado.
En sí misma es alma.
Designa y eleva el Ñe’ê aborigen.
En el ámbito religioso, decir Ñe’ê (palabra), es nombrar el alma.
La palabra es hálito vital, verticalidad.
Por la palabra, el hombre está erguido, eleva su espíritu y pule sus sentimientos.
Por medio del purahéi-paje (canto mágico), tiene sonido el alma,
se expresa la espiritualidad y, junto con el jeroky-paje (danza mágica), se transmiten los más sublimes sentimientos que hacen a la transcendencia.
Para los guaraníes, la Palabra tiene un valor esencial, sagrado.
En sí misma es alma.
Designa y eleva el Ñe’ê aborigen.
En el ámbito religioso, decir Ñe’ê (palabra), es nombrar el alma.
La palabra es hálito vital, verticalidad.
Por la palabra, el hombre está erguido, eleva su espíritu y pule sus sentimientos.
Por medio del purahéi-paje (canto mágico), tiene sonido el alma,
se expresa la espiritualidad y, junto con el jeroky-paje (danza mágica), se transmiten los más sublimes sentimientos que hacen a la transcendencia.