"Me parece admirable la capacidad que han tenido los indígenas de las Américas
en perpetuar una memoria que fue quemada, castigada, ahorcada, despreciada
durante cinco siglos.
Y la humanidad entera tiene que estarle muy agradecida, porque gracias
a esa porfiada memoria sabemos que la tierra puede ser sagrada,
que somos parte de la naturaleza, que la naturaleza no termina en nosotros.
Que hay posibilidades de organizar la vida colectiva,
formas comunitarias que no están basadas en el dinero.
Que la competencia contra el prójimo no es inevitable y
que el prójimo puede ser
mucho más que un competidor".
Eduardo Galeano
(Mitos de la memoria del Fuego)