24.4.21

"Marie."

"Nada en la vida debe temerse, solo debe ser entendida.

 Ahora es el momento de comprender más,

 para que podamos temer menos."

Marie Curie


 Fue la primera mujer que recibió el premio Nobel, y lo recibió dos veces.

Fue la primera mujer catedrática de la Sorbona, y durante muchos años la única.

Y después, cuando ya no podía celebrarlo, fue la primera mujer aceptada en el Panteón, el portentoso mausoleo reservado a los grandes hombres de Francia, aunque no era hombre y había nacido y crecido en Polonia.

A fines del siglo diecinueve, Marie Sklodowska y su marido, Pierre Curie, descubrieron una sustancia que emitía cuatrocientas veces más radiación que el uranio. La llamaron polonio, en homenaje al país de Marie. Poco después, inventaron la palabra radiactividad y comenzaron sus experimentos con el radio, tres mil veces más poderoso que el uranio. Y juntos recibieron el premio Nobel.

Pierre ya tenía sus dudas: ¿eran ellos portadores de una ofrenda del cielo o del infierno? En su conferencia de Estocolmo, advirtió que el caso del propio Alfred Nobel, inventor de la dinamita, había sido ejemplar:

— Los poderosos explosivos han permitido a la humanidad llevar a cabo trabajos admirables. Pero también son un medio temible de destrucción en manos de los grandes criminales que arrastran a los pueblos a la guerra.

Muy poco después, Pierre murió atropellado por un carro que cargaba cuatro toneladas de material militar.

Marie lo sobrevivió, y su cuerpo pagó el precio de sus éxitos. Las radiaciones le provocaron quemaduras, llagas y fuertes dolores, hasta que por fin murió de anemia perniciosa.

A la hija, Irene, que también fue premio Nobel por sus conquistas en el nuevo reino de la radiactividad, la mató la leucemia.

Eduardo Galeano.

De : " Espejos."


21.4.21

" Lenguas"

 
"La diversidad de las lenguas no es una maldición.

Es una bendición.

Como todas las diversidades que nos salvan de la monotonía."


EDUARDO GALEANO.

" Cultura del desvínculo."

 

EDUARDO GALEANO

" Los indígenas creían en la palabra."

" La conquista continúa .
La historia latinoamericana es el pasado que insiste 
en hacerse presente 
porque estamos condenados a repetirlo 
si no aprendemos de él."

Eduardo Galeano.

18.4.21

¡Que viva Eduardo! • Por Gioconda Belli


 Galeano tomaba unas duchas larguísimas. Lo sé porque Carlos, mi esposo, y yo compartimos con él un apartamento en Frankfurt durante la Feria del Libro hace ya años. Un apartamento que los dueños dejaron a disposición de Hermann Schultz, nuestro común editor, y donde él nos hospedó mientras duraba nuestra estancia en la feria. Galeano era ya un entrañable porque mientras duró la Revolución y sus amigos fueron revolucionarios, él se afilió a esta noción de utopía marca Nicaragua, como suelen afiliarse los soñadores a sus sueños. Pasó largas temporadas entre nosotros y por eso su risa, su cabeza perfilada sin el engaño del pelo (sufría por su calvicie), sus gestos, su voz con tono de tenor, la picardía constante de su mirada, la libretita infaltable en su bolsillo donde anotaba cuanto le llamaba la atención, los cerditos que dibujaba en sus dedicatorias, esa "entidad" maravillosa que era todo él, la vitalidad de su empeño por imaginar un mundo justo y no solo imaginarlo, sino que demandarlo, se quedará para siempre con nosotros. Difícil imaginarlo enfermo. Él mismo se encargó de que pocos lo vieran sufrir. La última vez que estuve en Montevideo -un viaje de 12 horas- pregunté por él. Me dijeron que no veía a nadie. Estaba con su Elena, su esposa guapa, dulce y alegre como él. Ella que soñaba de noche y le contaba sueños que él decía le servían para escribir. Difícil imaginar que ya no está. Su voz era de las imprescindibles. Jamás después de 1990 quiso volver a este país que amó tanto. No quiso ver la metamorfosis que destruyó la ilusión en la que él creyó con fe de apasionado. Pero aquí queda el amor que le tuvimos y el amor que él nos dio a quienes lo conocimos y también a quienes sin conocerlo fueron tocados, mecidos, estremecidos por sus palabras. Que viva Eduardo. Que viva siempre. Y que se vaya tranquilo porque su huella no se borrará jamás.

Managua, 13 de abril de 2015.

Gioconda Belli, extracto del libro 'Rebeliones y revelaciones'.