"Nada en la vida debe temerse, solo debe ser entendida.
Ahora es el momento de comprender más,
para que podamos temer menos."
Fue la primera mujer que recibió el premio Nobel, y lo recibió dos veces.
Fue la primera mujer catedrática de la Sorbona, y durante muchos años la única.
Y después, cuando ya no podía celebrarlo, fue la primera mujer aceptada en el Panteón, el portentoso mausoleo reservado a los grandes hombres de Francia, aunque no era hombre y había nacido y crecido en Polonia.
A fines del siglo diecinueve, Marie Sklodowska y su marido, Pierre Curie, descubrieron una sustancia que emitía cuatrocientas veces más radiación que el uranio. La llamaron polonio, en homenaje al país de Marie. Poco después, inventaron la palabra radiactividad y comenzaron sus experimentos con el radio, tres mil veces más poderoso que el uranio. Y juntos recibieron el premio Nobel.
Pierre ya tenía sus dudas: ¿eran ellos portadores de una ofrenda del cielo o del infierno? En su conferencia de Estocolmo, advirtió que el caso del propio Alfred Nobel, inventor de la dinamita, había sido ejemplar:
— Los poderosos explosivos han permitido a la humanidad llevar a cabo trabajos admirables. Pero también son un medio temible de destrucción en manos de los grandes criminales que arrastran a los pueblos a la guerra.
Muy poco después, Pierre murió atropellado por un carro que cargaba cuatro toneladas de material militar.
Marie lo sobrevivió, y su cuerpo pagó el precio de sus éxitos. Las radiaciones le provocaron quemaduras, llagas y fuertes dolores, hasta que por fin murió de anemia perniciosa.
A la hija, Irene, que también fue premio Nobel por sus conquistas en el nuevo reino de la radiactividad, la mató la leucemia.
Eduardo Galeano.
De : " Espejos."
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