"Ocurrió en el tiempo de las noches largas y los vientos de hielo.
Una mañana floreció el jazmín del Cabo, en el jardín de mi casa,
y el aire frío se impregnó de su aroma, y ese día también floreció el
ciruelo y despertaron las tortugas.
Fue un error, y poco duró.
Pero gracias al error, el jazmín, el ciruelo y las tortugas pudieron creer
que alguna vez se acabará el invierno.
Y yo también."
EDUARDO GALEANO.

