3.2.21
"Libres"
"En los días , los guía el sol.
En la noche, las estrellas.
No pagan pasaje y viajan sin pasaporte y sin llenar formularios de aduana
ni migración.
Los PÁJAROS, los únicos libres
en este mundo habitado por prisioneros, vuelan sin combustible de polo a polo
por el rumbo que eligen y a la hora que quieren ,
sin pedir permiso a los gobiernos que se creen dueños del cielo."
EDUARDO GALEANO.
" El carnaval abre alas."
Febrero 3: El carnaval abre alas
En 1899, las calles de Río de Janeiro enloquecieron
bailando la música que inauguró la historia del carnaval
carioca.Esa gozadera se llamaba O abre alas: un maxixe, invención
musical brasileña que se reía de las rígidas danzas de salón.
La autora era Chiquinha Gonzaga, compositora desde la
infancia.
A los dieciséis años, los padres la casaron, y el marqués de
Caxias fue padrino de la boda.
A los veinte, el marido la obligó a elegir entre el hogar y la
música:
—No entiendo la vida sin música—dijo ella, y se fue de la
casa.
Entonces su padre proclamó que la honra familiar había
sido mancillada, y denunció que Chiquinha había heredado
de alguna abuela negra esa tendencia a la perdición.
Y la
declaró muerta, y prohibió que en su hogar se mencionara el
nombre de la descarriada.
EDUARDO GALEANO.
De: " Los hijos de los días".
" Los profetas de Túpac Amaru."
A principios del siglo dieciocho, Ignacio Torote se
alzó, en la selva peruana, contra los intrusos que habían
venido a llevarse las almas y las tierras.
Al mismo tiempo, el ejército quechua de Juan Santos
Atahualpa impedía, de paliza en paliza, el avance de las
tropas españolas.
A mediados del siglo, mientras Juan Santos moría,
muy lejos de su selva impenetrable el joven José Gabriel
Condorcanqui elegía llamarse Túpac Amaru y encabezaba
la insurgencia indígena más numerosa de toda la
historia americana.
Y de derrota en derrota, de rebelión en rebelión, la
historia continuó: cuando ella dice adiós, dice hasta
luego.
EDUARDO GALEANO
1.2.21
"Los amigos de Adolf Hitler tienen mala memoria, pero la aventura nazi no hubiera sido posible sin la ayuda que de ellos recibió."
"Como sus colegas Mussolini y Franco,
Hitler contó con el temprano beneplácito
de la Iglesia Católica."
GALEANO.
«Los amigos de Adolf Hitler tienen mala memoria, pero la aventura nazi no hubiera sido posible sin la ayuda que de ellos recibió.
Como sus colegas Mussolini y Franco, Hitler contó con el temprano beneplácito de la Iglesia Católica.
Hugo Boss vistió su ejército.
Bertelsmann publicó las obras que instruyeron a sus oficiales.
Sus aviones volaban gracias al combustible de la Standard Oil [hoy Exxon y Chevron] sus soldados viajaban en camiones y jeeps marca Ford.
Henry Ford, autor de esos vehículos y del libro El judío internacional, fue su musa inspiradora. Hitler se lo agradeció condecorándolo.
También condecoró al presidente de la IBM, la empresa que hizo posible la identificación de los judíos.
La Rockefeller Foundation financió investigaciones raciales y racistas de la medicina nazi.
Joe Kennedy, padre del presidente, era embajador de los Estados Unidos en Londres, pero más parecía embajador de Alemania. Y Prescott Bush, padre y abuelo de presidentes, fue colaborador de Fritz Thyssen, quien puso su fortuna al servicio de Hitler.
El Deutsche Bank financió la construcción del campo de concentración de Auschwitz.
El consorcio IGFarben, el gigante de la industria química alemana, que después pasó a llamarse Bayer, Basf o Hoechst, usaba como conejillos de Indias a los prisioneros de los campos, y además los usaba de mano de obra. Estos obreros esclavos producían de todo, incluyendo el gas que iba a matarlos.
Los prisioneros trabajaban también para otras empresas, como Krupp, Thyssen, Siemens, Varta, Bosch, Daimler Benz, Volkswagen y BMW, que eran la base económica de los delirios nazis.
Los bancos suizos ganaron dinerales comprando a Hitler el oro de sus víctimas: sus alhajas y sus dientes. El oro entraba en Suiza con asombrosa facilidad, mientras la frontera estaba cerrada a cal y canto para los fugitivos de carne y hueso.
Coca-Cola inventó la Fanta para el mercado alemán en plena guerra. En ese período, también Unilever, Westinghouse y General Electric multiplicaron allí sus inversiones y sus ganancias. Cuando la guerra terminó, la empresa ITT recibió una millonaria indemnización porque los bombardeos aliados habían dañado sus fábricas en Alemania.»
EDUARDO GALEANO.
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