7.11.15

¿ Qué tal si deliramos por un ratito...?


"¿Qué tal si deliramos por un ratito....?
Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, 
que cometen quienes viven por tener o por ganar,
 en vez de vivir por vivir nomás, 
como canta el pájaro sin saber que canta 
y como juega el niño sin saber que juega."

EDUARDO GALEANO

"El abrazo".



"Bienaventurado sea el abrazo, y maldito sea el codazo."
Eduardo Galeano

"Miedo".


"Maldita sea la exitosa dictadura del miedo, que 
nos obliga a creer que la realidad es intocable y que
 la solidaridad es una enfermedad mortal."

EDUARDO GALEANO

"Parpadeo en la historia del universo."


"Aunque estamos mal hechos, no estamos terminados.
 Y es la aventura de poder cambiar y de cambiarnos la que hace que valga la pena
 este parpadeo en la historia del universo, 
este fugaz calorcito entre los hielos que somos nosotros."

EDUARDO  GALEANO

"Átomos...."


"Los científicos dicen que 
estamos hechos de átomos.
Pero a mí un pajarito me contó
que estamos hechos de historias."

EDUARDO GALEANO.

"Emoción y razón."

Me gusta la gente sentipensante..:

"Bienaventurados." - Galeano -



"Bienaventurados sean los perdedores, porque ellos

 se negaron a repetir la historia y quisieron cambiarla."


Bienaventurados sean los perdedores, porque ellos

 cometieron la insolencia de amar a su tierra, y por ella

 se jugaron la vida."

EDUARDO GALEANO


"La historia del arte."

Un buen día la alcaldía le encargó un gran caballo para una plaza de la ciudad.
 Un camión trajo al taller el bloque gigante de granito.
 El escultor empezó a trabajarlo, subió a una escalera, a golpes de martillo y cincel.
 Los niños lo miraban hacer.
Entonces los niños partieron de vacaciones, rumbo a las montañas o el mar.
 Cuando regresaron, el escultor les mostró el caballo terminado.
 Y uno de los niños, con ojos muy abiertos, le preguntó:
-Pero... ¿Cómo sabías que adentro de aquella piedra había un caballo?
EDUARDO GALEANO
(Días y noches de amor y de guerra)

¡Ayúdame a mirar!

Diego no conocía la mar. 
El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla.
Viajaron al sur. 
Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando.
Cuando el niños y su padres alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena,
 después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. 
Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño
 quedó mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:
¡Ayúdame a mirar!
EDUARDO GALEANO.
"El libro de los abrazos."

"Civilización y racismo".


- Guayasamín -
Gabriel René-Moreno fue el más prestigioso historiador boliviano del siglo pasado.
 Una de las universidades de Bolivia lleva su nombre en nuestros días. 
Este prócer de la cultura nacional creía que los indios son asnos, que generan mulos 
cuando se cruzan con la raza blanca. 
Él había pesado el cerebro indígena y el cerebro mestizo, que según su balanza pesaban
 entre cinco, siete y diez onzas menos que el cerebro de raza blanca, y por tanto los 
consideraba celularmente incapaces de concebir la libertad republicana.
El peruano Ricardo Palma, contemporáneo y colega de Gabriel René-Moreno, escribió que
 los indios son una raza abyecta y degenerada.
 Y el argentino Domingo Faustino Sarmiento elogiaba así la larga lucha de los indios araucanos 
por su libertad: Son más indómitos, lo que quiere decir: animales más reacios,
 menos aptos para la Civilización y la asimilación europea.
El más feroz racismo de la historia latinoamericana se encuentra en las palabras de los
 intelectuales más célebres y celebrados de fines del siglo diecinueve y en los actos
 de los políticos liberales que fundaron el Estado moderno.
 A veces, ellos eran indios de origen, como Porfirio Díaz, autor de la modernización capitalista
 de México, que prohibió a los indios caminar por las calles principales y sentarse 
en las plazas públicas si no cambiaban los calzones de algodón por el pantalón
 europeo y los huaraches por zapatos.
Eran los tiempos de la articulación al mercado mundial regido por el Imperio Británico, 
y el desprecio científico por los indios otorgaba impunidad al robo de sus tierras y de sus brazos.
El mercado exigía café, pongamos el caso, y el café exigía más tierras y más brazos.
 Entonces, pongamos por caso, el presidente liberal de Guatemala, Justo Rufino Barrios,
 hombre de progreso, restablecía el trabajo forzado de la época colonial y
 regalaba a sus amigos tierras de indios y peones indios en cantidad.
EDUARDO GALEANO.

5.11.15

"Somos libres..."


"Somos libres para inventarnos a nosotros mismos.
Somos libres de ser lo que se nos ocurra ser.
El destino es un espacio abierto 
y para llenarlo como se debe 
hay que luchar a brazo partido contra 
el quieto mundo de la muerte y la obediencia 
y las putas prohibiciones."

EDUARDO GALEANO

4.11.15

"Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz".

Martí

Paseaban el padre y el hijo por las calles floridas de La Habana, cuando se cruzaron con un señor flaquito, calvo, que caminaba como si estuviera 
llegando tarde.
Y el padre advirtió al hijo: -Ojo con ése. Es blanco por fuera, pero por
 dentro es negro.
 El hijo, Fernando Ortiz, tenía catorce años.
Tiempo después, Fernando iba a ser el hombre que supo rescatar,
 contra siglos de negación racista, las ocultas raíces negras de la cubanía.
Y aquel peligroso señor, el flaquito, el calvo, el que caminaba como
 si estuviera llegando tarde, se llamaba José Martí.
 Era hijo de españoles el más cubano de los cubanos, el que denunció:
-Éramos una máscara, con los calzones de Inglaterra,
 el chaleco parisiense, el chaquetón de Norteamérica
 y la montera de España.
Y repudió la falsa erudición llamada "civilización", 
y exigió: -Basta de togas y de charreteras, y
 comprobó: -Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz.
Poco después de aquel cruce en La Habana, Martí se echó al monte.
 Y estaba peleando por Cuba cuando, en plena batalla,
 una bala española lo volteó del caballo.
Eduardo Galeano

"Bienaventurados".


"Bienaventurados sean los perdedores, porque ellos

 se negaron a repetir la historia y quisieron cambiarla."
Galeano

Bienaventurados sean los perdedores, porque ellos
 cometieron la insolencia de amar a su tierra, y por ella
 se jugaron la vida.
 Pero está visto que el patriotismo es el honorable 
privilegio de los países dominantes: sólo los que mandan
 tienen el derecho de ser patriotas.
 En cambio, los países dominados, condenados a
 obediencia perpetua, no pueden ejercer el patriotismo,
 so pena de ser llamados populistas, demagogos,
 delirantes: nuestro patriotismo se considera una peste,
 peste peligrosa, y los amos del mundo, que nos toman 
examen de Democracia, tienen la mala costumbre de
 conjurar esta amenaza a sangre y fuego.



Bienaventurados sean los perdedores, porque ellos
 se negaron a repetir la historia y quisieron cambiarla.



Bienaventurados sean los perdedores, y malditos sean
 quienes confunden el mundo con una pista de carreras 
y lanzados a las cumbres del éxito trepan lamiendo
 hacia arriba y escupiendo hacia abajo.



Maldita sea la exitosa dictadura del miedo, que 
nos obliga a creer que la realidad es intocable y que
 la solidaridad es una enfermedad mortal,

 porque el prójimo es siempre una amenaza y nunca una promesa.

Bienaventurado sea el abrazo, y maldito sea el codazo.
Eduardo Galeano

3.11.15

"Huellas".



 Una pareja venía caminando por la sabana, en el oriente del África, mientras nacía la estación de las lluvias.
 Aquella mujer y aquel hombre todavía se parecían bastante
 a los monos, la verdad sea dicha, aunque ya andaban erguidos
 y no tenían rabo.
 Un volcán cercano, ahora llamado Sadiman, estaba echando
 cenizas por la boca." El ceniza" guardó los pasos de la pareja, 
desde aquel tiempo, a través de todos los tiempos.
 Bajo el manto gris han quedado, intactas, las huellas.
 Y esos pies nos dicen, ahora, que aquella Eva y aquel Adán 
venían caminando juntos, cuando a cierta altura ella se detuvo, se desvió
 y caminó unos pasos por su cuenta. 
Después, volvió al camino compartido.
 Las huellas humanas más antiguas han dejado la marca de una duda. Algunos añitos han pasado.
 La duda sigue...

Eduardo Galeano

2.11.15

"La historia."

Hay que reconocer que no es muy alentadora la realidad, que tiene la jodida costumbre de recompensar a los exprimidores del prójimo y a los exterminadores de la tierra, el agua y el aire.
 Y en cambio, las más apasionantes aventuras de transformación de la realidad suelen quedarse a mitad de camino, o se extravían y se pierden, y muchas veces terminan mal.
Hay que reconocerlo pero también cabe preguntar: Cuando esas lindas experiencias colectivas terminan mal, ¿de veras terminan? ¿No hay nada que hacer, sólo nos queda resignarnos y aceptar el mundo tal cual es, como si fuera destino?

 Hace pocos años, se puso de moda la teoría del fin de la historia. Más de uno se tragó ese sapo, a pesar de que el sentido común nos demuestra, con poderosa sencillez, que la historia nace de nuevo cada mañana.
Lo mejor de este asunto de vivir está en la capacidad de sorpresa que la vida tiene.
Al fin y al cabo, cuando la historia dice adiós, o eso parece decir, ella nos está diciendo, o al menos murmurando:- Hasta luego, hasta lueguito, nos estamos viendo.

Eduardo Galeano