“Suiza no participó en la guerra.
Participó en el negocio de la guerra, vendiendo sus servicios a muy buen precio a la Alemania nazi.
Un negocio brillante: la banca suiza convertía en divisas internacionales el oro que Hitler robaba a los países ocupados y a los judíos. (…) El oro entraba en Suiza sin ningún inconveniente, mientras los perseguidos por los nazis eran devueltos en la frontera.
Bertold Brecht decía que robar un banco es delito, pero más delito es fundarlo.
Después de la guerra, Suiza se convirtió en una cueva internacional de Alí Babá para los dictadores, los políticos ladrones,los malabaristas de la evasión fiscal y los traficantes de drogas y de armas.”
Eduardo Galeano.