1.12.25

"Cuanto más enseñaba, más aprendía."


En el año 2009, el gobierno de Brasil pidió disculpas a Paulo Freire.

 Él no pudo agradecer el gesto, porque llevaba doce años de muerto.

Paulo había sido el profeta de una educación solidaria.

En sus comienzos, daba clases bajo un árbol. 

Había alfabetizado a miles y miles de obreros del azúcar, en Pernambuco, para que fueran capaces de leer el mundo y ayudaran a cambiarlo.

La dictadura militar lo metió preso, lo echó del país y le prohibió el regreso.

En el exilio, Paulo anduvo mucho mundo. 

Cuanto más enseñaba, más aprendía.

Hoy, trescientas cuarenta escuelas brasileñas llevan su nombre."


EDUARDO GALEANO.

De: " Los hijos de los días" 

28.11.25

"La frontera del arte."


" Caminó a través del parque.

 En la esquina de la iglesia, se metió en un callejón. 

Y entonces, por fin, los encontró.

 Uno de los gemelos estaba sentado en el suelo, de espaldas contra un muro. 

Sobre sus rodillas, yacía el otro, bañado en sangre; y a los pies, en cruz, estaban los dos fusiles.

 Julio se acercó, quizá dijo algo.

 El gemelo que vivía no dijo nada, ni se movió: estaba allí, pero no estaba. 

Sus ojos, que no pestañaban, miraban sin ver, perdidos en alguna parte, en ninguna parte:

 y en esa cara sin lágrimas estaba toda la guerra y estaba todo el dolor.

 Julio dejó su fusil en el suelo y empuñó la cámara. 

Corrió la película, calculó en un santiamén la luz y la distancia y puso en foco la imagen. 

Los hermanos estaban en el centro del visor, inmóviles, perfectamente recortados 

contra el muro recién mordido por las balas.

 Julio iba a tomar la foto de su vida, pero el dedo no quiso.

 Julio lo intentó, volvió a intentarlo, y el dedo no quiso. 

Entonces, bajó la cámara, sin apretar el disparador, y se retiró en silencio.

 La cámara, una Minolta, murió en otra batalla, ahogada en lluvia, un año después."


EDUARDO  GALEANO.

27.11.25

"Máquinas."

"Una máquina puede hacer el trabajo de cincuenta hombres ordinarios. Ninguna máquina puede hacer el trabajo de un hombre extraordinario" 

Elbert Hubbard 


"- Creced y multiplicáos, dijimos y las máquinas crecieron y su multiplicaron.

Nos habían prometido que trabajarían para nosotros.

Ahora nosotros trabajamos para ellas.

Multiplican el hambre las máquinas que inventamos para multiplicar la comida.

Nos paralizan los autos que inventamos para movernos.

Nos desencuentran las ciudades que inventamos para encontrarnos.

Los grandes medios, que inventamos para comunicarnos, no nos escuchan ni ven.

Somos máquinas de nuestras máquinas.

Ellas alegan inocencia.

Y tienen razón."

EDUARDO  GALEANO.   

- De:" Espejos" -