27.12.21

" Desmond Tutu ."

"Permanecer neutral en situaciones de injusticia
 es ser cómplice de esa injusticia."

Desmond Tutu.

El arzobispo Desmond Tutu se refiere al África, pero también 

vale para América:

-Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra.

 Y nos dijeron: «Cierren los ojos y recen». 

Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia."

Eduardo  Galeano.

De: "Ser como ellos "

21.12.21

" Traición a la naturaleza."

"- Agua, ¿adónde vas?
-Riendo voy por el río
a las orillas del mar.
-Mar, ¿a dónde vas?

-Río arriba voy buscando
fuente donde descansar.
-Chopo, y tú ¿qué harás?
-No quiero decirte nada.

Yo…, ¡temblar!


¿Qué deseo, qué no deseo,
por el río y por la mar?
Cuatro pájaros sin rumbo
en el alto chopo están."


Federico G. Lorca.



 "Los militantes del agua son capaces de enfrentar no sólo

 a las empresas mineras que envenenan el agua sino también 

a la industria forestal, que seca la tierra.

 A los que cometen una imperdonable traición a la naturaleza

  sobre el agua para convertirla en negocio de pocos 

siendo como es ella un derecho de todos"


EDUARDO  GALEANO.

"Los invisibles" .

 
Palabras de Eduardo Galeano recordando los hechos ocurridos

 en diciembre de 2001.

20.12.21

Elpidio.

 

" Argentinazo." Artículo publicado por Eduardo Galeano a diez días de los hechos ocurridos en 2001.

 Esto empezó con una explosión de violencia. Pocos días antes de la Navidad, muchos hambrientos se lanzaron al asalto de los supermercados. Entre los desesperados, como suele ocurrir, se colaron unos cuantos delincuentes. Y en esas horas del caos, mientras corría la sangre, el presidente argentino habló por televisión. Palabra más, palabra menos, dijo: la realidad no existe, la gente no existe.

Y entonces nació la música. Empezó de a poquito, sonando en las cocinas de algunas casas, cucharones que golpeaban cacerolas, y salió a las ventanas y a los balcones. Y se fue multiplicando, de casa en casa, y ganó las calles de Buenos Aires. Cada sonido se juntó con otros sonidos, la gente se juntó con la gente, y en la noche estalló el concierto de la bronca colectiva. Al son de los tachos de cocina, y sin más armas que ésas, se alzó el clamor de la indignación. Convocada por nadie, la multitud invadió los barrios, la ciudad, el país. La policía respondió a balazos. Pero la gente, inesperadamente poderosa, derribó al Gobierno.

Los invisibles habían ocupado, cosa rara, el centro de la escena. No sólo en la Argentina, no sólo en América Latina, el sistema está ciego. ¿Qué son las personas de carne y hueso? Para los economistas más notorios, números. Para los banqueros más poderosos, deudores. Para los tecnócratas más eficientes, molestias. Y para los políticos más exitosos, votos.

La pueblada que volteó al presidente De la Rúa fue una prueba de energía democrática. La democracia somos nosotros, dijo la gente, y nosotros estamos hartos. ¿O acaso la democracia consiste solamente en el derecho de votar cada cuatro años? ¿Derecho de elección o derecho de traición? En la Argentina, como en tantos otros países, la gente vota, pero no elige. Vota por uno, gobierna otro: gobierna el clon.

El clon hace, desde el Gobierno, todo lo contrario de lo que el candidato había prometido durante la campaña electoral. Según la célebre definición de Oscar Wilde, cínico es el que conoce el precio de todo y el valor de nada. El cinismo se disfraza de realismo; y así se desprestigia la democracia.

Las encuestas indican que América Latina es, hoy por hoy, la región del mundo que menos cree en el sistema democrático de gobierno. Una de esas encuestas, publicada por la revista The Economist, reveló la caída vertical de la fe de la opinión pública en la democracia, en casi todos los países latinoamericanos: según los datos recogidos hace medio año, sólo creían en ella seis de cada diez argentinos, bolivianos, venezolanos, peruanos y hondureños, menos de la mitad de los mexicanos, los nicaragüenses y los chilenos, no más que un tercio de los colombianos, los guatemaltecos, los panameños y los paraguayos, menos de un tercio de los brasileños y apenas uno de cada cuatro salvadoreños. Triste panorama, caldo gordo para los demagogos y los mesías de uniforme: mucha gente, y sobre todo mucha gente joven, siente que el verdadero domicilio de los políticos está en la cueva de Alí Babá y los cuarenta ladrones.

Un recuerdo de infancia del escritor argentino Héctor Tizón: en la avenida de Mayo, en Buenos Aires, su papá le señaló a un señor que en la vereda, ante una mesita, vendía pomadas y cepillos para lustrar zapatos:

Ese señor se llama Elpidio González. Míralo bien. Él fue vicepresidente de la república.

Eran otros tiempos. Sesenta años después, en las elecciones legislativas del 2001, hubo un aluvión de votos en blanco o anulados, algo jamás visto, un récord mundial. Entre los votos anulados, el candidato triunfante era el pato Clemente, un famoso personaje de historieta: como no tenía manos, no podía robar.

Quizá nunca América Latina había sufrido un saqueo político comparable al de la década pasada. Con la complicidad y el amparo del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, siempre exigentes de austeridad y transparencia, varios gobernantes robaron hasta las herraduras de los caballos al galope. En los años de las privatizaciones, rifaron todo, hasta las baldosas de las veredas y los leones de los zoológicos, y todo lo evaporaron.

Los países fueron entregados para pagar la deuda externa, según mandaban los que de veras mandan, pero la deuda, misteriosamente, se multiplicó, en las manos ágiles de Carlos Menem y muchos de sus colegas. Y los ciudadanos, los invisibles, se han quedado sin países, con una inmensa deuda que pagar, platos rotos de esa fiesta ajena, y con gobiernos que no gobiernan, porque están gobernados desde afuera.

Los gobiernos piden permiso, hacen sus deberes y rinden examen: no ante los ciudadanos que los votan, sino ante los banqueros que los vetan.

Ahora que estamos todos en plena guerra contra el terrorismo internacional, esta duda no está demás: ¿Qué hacemos con el terrorismo del mercado, que está castigando a la inmensa mayoría de la humanidad? ¿O no son terroristas los métodos de los altos organismos internacionales, que en escala planetaria dirigen las finanzas, el comercio y todo lo demás? ¿Acaso no practican la extorsión y el crimen, aunque maten por asfixia y hambre y no por bomba? ¿No están haciendo saltar en pedazos los derechos de los trabajadores? ¿No están asesinando la soberanía nacional, la industria nacional, la cultura nacional?

La Argentina era la alumna más cumplida del Fondo Monetario, del Banco Mundial y de la Organización Mundial del Comercio. Así le fue.

Damas y caballeros: primeros son los banqueros. Y donde manda capitán, no manda marinero. Palabras más, palabras menos, éste ha sido el primer mensaje que el presidente George W. Bush ha enviado a la Argentina. Desde la ciudad de Washington, capital de los Estados Unidos y del mundo, Bush declaró que el nuevo Gobierno argentino debe «proteger» a sus acreedores y al Fondo Monetario Internacional y llevar adelante una política de «más austeridad».

Mientras tanto, el nuevo presidente provisional argentino, que sustituye a De la Rúa hasta las próximas elecciones, metió la pata en su primera respuesta a la prensa. Un periodista le preguntó qué iba a priorizar, la deuda o la gente, y él contestó: «La deuda». Sigmund Freud sonrió desde su tumba, pero Rodríguez Saá corrigió de inmediato su respuesta. Y poco después, anunció que suspenderá los pagos de la deuda y destinará ese dinero a crear trabajo para las legiones de desocupados.

La deuda o la gente, ésa es la cuestión. Y ahora la gente, la invisible, exige y vigila.

Hace cosa de un siglo, don José Batlle y Ordóñez, presidente del Uruguay, estaba presenciando un partido de fútbol. Y comentó:

 Qué lindo sería si hubiera 22 espectadores y 10.000 jugadores!

Quizá se refería a la educación física, que él promovió. O estaba hablando, más bien, de la democracia que quería.

Un siglo después, en la Argentina, el país vecino, muchos de los manifestantes llevaban la camiseta de su selección nacional de fútbol, su entrañable señal de identidad, su alegre certeza de patria: con la camiseta puesta, invadieron las calles. La gente, harta de ser espectadora de su humillación, invadió la cancha. No va a ser fácil desalojarla.

EDUARDO GALEANO.

14.12.21

Documental Naturaleza Sobreviviente - Eduardo Galeano

«La naturaleza está ya muy cansada», 
escribió el fraile español Luis Alfonso de Carvallo.
 Fue en 1695. Si nos viera ahora…!

Eduardo  Galeano.

Laguna de Chascomús

Eduardo Galeano: El Subdesarrollo y la contaminación del Sur.

" Las desapariciones."

"Miles de muertos sin sepultura deambulan por la Pampa argentina.

 Son los desaparecidos de la última dictadura militar.

La dictadura del general Videla aplicó en escala jamás vista la desaparición como arma de guerra.

 La aplicó, pero no la inventó. Un siglo antes, el general Roca había utilizado contra los indios esta obra maestra de la crueldad, que obliga a cada muerto a morir varias veces y que condena a sus seres queridos a volverse locos persiguiendo su sombra fugitiva.

En Argentina, como en toda América, los indios fueron los primeros desaparecidos. 

Desaparecieron antes de aparecer.

 El general Roca llamó conquista del desierto a su invasión de las tierras indígenas. 

La Patagonia era un espacio vacío, un reino de la nada, habitado por nadie.

Y los indios siguieron desapareciendo después.

 Los que se sometieron y renunciaron a la tierra y a todo fueron llamados indios reducidos: reducidos hasta desaparecer. 

Y los que no se sometieron y fueron vencidos a balazos y sablazos, desaparecieron convertidos en números, muertos sin nombre,

 en los partes militares.

 Y sus hijos desaparecieron también: repartidos como botín de guerra,

 llamados con otros nombres, vaciados de memoria,

 esclavitos de los asesinos de sus padres."


EDUARDO GALEANO .

7.12.21

"Memoria del fuego"

"La hierba seca incendiará la hierba húmeda. "

Proverbio africano que los esclavos
 trajeron a las Américas   

"Yo fui un pésimo estudiante de historia.

 Las clases de historia eran como visitas al Museo de Cera o a la Región de los Muertos.

 El pasado estaba quieto, hueco, mudo. 

Nos enseñaban el tiempo pasado para que nos resignáramos, conciencias vaciadas,

 al tiempo presente: no para hacer la historia, que ya estaba hecha,

 sino para aceptarla.

 La pobre historia había dejado de respirar: traicionada en los textos académicos,

 mentida en las aulas, dormida en los discursos de efemérides, 

la habían encarcelado en los museos y la habían sepultado, con ofrendas florales,

 bajo el bronce de las estatuas y el mármol de los monumentos. 

Ojalá "Memoria del fuego" pueda ayudar a devolver a la historia el aliento, 

la libertad y la palabra. 

A lo largo de los siglos, América Latina no sólo ha sufrido el despojo del oro

 y de la plata, del salitre y del caucho, del cobre y del petróleo:

 también ha sufrido la usurpación de la memoria.

 Desde temprano ha sido condenada a la amnesia por quienes le han impedido ser. 

La historia oficial latinoamericana se reduce a un desfile militar

 de próceres con uniformes recién salidos de la tintorería.

Yo no soy historiador. Soy un escritor que quisiera contribuir al rescate de la memoria

 secuestrada de toda América, pero sobre todo de América Latina,

 tierra despreciada y entrañable: quisiera conversar con ella, compartirle los secretos,

 preguntarle de qué diversos barros fue nacida, de qué actos de amor y violaciones

 viene.

 Ignoro a qué género literario pertenece esta voz de voces. 

Memoria del fuego no es una antología, claro que no; pero no sé si es novela o ensayo

 o poesía épica o testimonio o crónica o . . .

 Averiguarlo no me quita el sueño.

 No creo en las fronteras que, según los aduaneros de la literatura, separan a los géneros. 

Yo no quise escribir una obra objetiva. Ni quise ni podría.

 Nada tiene de neutral este relato de la historia.

 Incapaz de distancia, tomo partido: lo confieso y no me arrepiento.

 Sin embargo, cada fragmento de este vasto mosaico se apoya sobre una sólida base

 documental.

 Cuanto aquí cuento, ha ocurrido; aunque yo lo cuento a mi modo y manera. "


 EDUARDO GALEANO.

22.11.21

" Mauricio Rosencof y el “Ñato” Fernández Huidobro"

 Y si este fuera

mi último poema,
insumiso y triste,
raído pero entero,
tan solo una palabra escribiría:
Compañero."

Mauricio Rosencof.


Mauricio Rosencof y el “Ñato” Fernández

 Huidobro, evocan en estas páginas su experiencia en aquel reino 

del silencio y del terror.

 Cuentan cómo lograron salvar su condición humana,

 prendidos a la vida “como la hiedra al muro”, 

contra un sistema que quiso volverlos locos y convertirlos en cosas."


EDUARDO GALEANO.

20.11.21

"Memorias del calabozo." Prólogo de Eduardo Galeano.


" Alguna vez, a lo largo de estos largos años, pudieron mirarse al espejo: vieron a otro. 

Flacos como “fakires”, triturados por la tortura incesante,

 los “rehenes” de la dictadura militar uruguaya 

anduvieron de cuartel en cuartel, 

condenados a la soledad de calabozos poco más grandes que un ataúd.

 No podían hablar ni siquiera con las cosas.

 En las celdas no había cosas, no había nada. 

Dormían sobre el helado suelo de hormigón, 

sobresaltados por cualquier ruido de rejas o paso de botas

que podía anunciar una nueva ronda de torturas.

 A veces no les daban ni agua, y ellos bebían sus propios orines.

 A veces les negaban comida, y ellos comían moscas, gusanos, papeles,

 tierra. 

A veces ocurría un milagro: una ráfaga de aire fresco

 traía un aroma de naranjas por algún agujerito de la ventana

 tapiada; o por el agujerito entraba un bichito de luz,

 o una pluma de pájaro. 

Y a veces resonaba, en la pared, algún mensaje del preso vecino:

 un mensaje dicho con los nudillos de los dedos.

 Esta obra celebra una victoria de la palabra humana.

 Dos de los “rehenes”, Mauricio Rosencof y el “Ñato” Fernández

 Huidobro, evocan en estas páginas su experiencia en aquel reino 

del silencio y del terror.

 Cuentan cómo lograron salvar su condición humana,

 prendidos a la vida “como la hiedra al muro”, 

contra un sistema que quiso volverlos locos y convertirlos en cosas.

 La comunicación, lograda por un improvisado código morse, 

fue la clave de esa salvación. 

Tamborileaban los dedos y así ellos reconquistaban el negado derecho

 a la voz: a través del muro se daban aliento y consuelo,

 discutían, compartían experiencias y delirios, 

gentes y fantasmas, recuerdos y sueños. 

Aquella música de tamborcitos,

 aquellos ruiditos humildes, eran la mejor sinfonía de Beethoven;

 en ellos resonaba la 15 Memorias Nuevas 16/9/08 13:47 Página 15

 maravilla del universo.

 Prohibida la boca, hablaban los dedos.

 Hablaban el lenguaje verdadero, que es el que nace de la necesidad

 de decir.

 El encuentro entre Mauricio y el Ñato a través de la pared

 no sólo revela la fuerza de dignidad y el poder de astucia de nuestros

 presos políticos: ese diálogo alucinante es, además, 

el más certero símbolo del fracaso de un sistema

 que quiso convertir a todo el Uruguay en un país de sordomudos."


 EDUARDO  GALEANO

17.11.21

" Los campos de concentración."

“El deber del superviviente es dar testimonio de lo que ocurrió,
 hay que advertir a la gente que estas cosas pueden suceder,
 que el mal puede desencadenarse.
 El odio racial, la violencia y las idolatrías todavía proliferan.”

Elie Wiesel


"Cuando Namibia conquistó la independencia, en 1990, se siguió llamando Göring la principal avenida de su capital. No por Hermann, el célebre jefe nazi, sino en homenaje a su papá, Heinrich Göring, que fue uno de los autores del primer genocidio del siglo XX.

Aquel Göring, representante del imperio alemán en ese país africano, había tenido la bondad de confirmar, en 1904, la orden de exterminio dictada por el general Lothar von Trotta.

Los hereros, negros pastores, se habían alzado en rebelión. El poder colonial los expulsó a todos y advirtió que mataría a los hereros que encontrara en Namibia, hombres, mujeres o niños, armados o desarmados.

De cada cuatro hereros murieron tres. Los abatieron los cañones o los soles del desierto adonde fueron arrojados.

Los sobrevivientes de la carnicería fueron a parar a los campos de concentración, que Göring programó. Entonces, el canciller Von Bülow tuvo el honor de pronunciar por primera vez la palabra konzentrationslager.

Los campos, inspirados en el antecedente británico de África del Sur, combinaban el encierro, el trabajo forzado y la experimentación científica. Los prisioneros, que extenuaban la vida en las minas de oro y diamantes, eran también cobayos humanos para la investigación de las razas inferiores. En esos laboratorios trabajaban Theodor Mollison y Eugen Fischer, que fueron maestros de Joseph Mengele.

Mengele pudo desarrollar sus enseñanzas a partir de 1933. Ese año, Göring hijo fundó los primeros campos de concentración en Alemania, siguiendo el modelo que su papá había ensayado en África."


EDUARDO  GALEANO.

12.11.21

" Inseguridad ciudadana"

 “Perseguirás la libertad en vano,

que cuando un pueblo la virtud olvida,
lleva en sus propios vicios su tirano.”

Gaspar Núñez de Arce.




La democracia griega amaba la libertad, pero vivía de sus prisioneros. 

Los esclavos y las esclavas labraban tierras, abrían caminos, excavaban montañas en busca de plata y de piedras, alzaban casas, tejían ropas, cosían calzados, cocinaban, lavaban, barrían, forjaban lanzas y corazas, azadas y martillos, daban placer en las fiestas y en los burdeles y criaban a los hijos de sus amos.

Un esclavo era más barato que una mula.

 La esclavitud, tema despreciable, rara vez aparecía en la poesía, en el teatro o en las pinturas que decoraban las vasijas y los muros.

 Los filósofos la ignoraban, como no fuera para confirmar que ése era el destino natural de los seres inferiores, y para encender la alarma. Cuidado con ellos, advertía Platón. 

Los esclavos, decía, tienen una inevitable tendencia a odiar a sus amos y sólo una constante vigilancia podrá impedir que nos asesinen a todos.

Y Aristóteles sostenía que el entrenamiento militar de los ciudadanos era imprescindible, por la inseguridad reinante.


EDUARDO  GALEANO

10.11.21

" Fundación religiosa del racismo."

Noé se emborrachó celebrando la llegada del arca al monte Ararat.

Despertó incompleto. Según una de las diversas versiones de la Biblia, su hijo Cam lo había castrado mientras dormía. Y esa versión dice que Dios maldijo a Cam y a sus hijos y a los hijos de sus hijos, condenándolos a la esclavitud por los siglos de los siglos.

Pero ninguna de las diversas versiones de la Biblia dijo que Cam fuera negro. África no vendía esclavos cuando la Biblia nació, y Cam oscureció su piel mucho tiempo después.

 Quizá su negritud empezó a aparecer allá por los siglos XI o XII, cuando los árabes iniciaron el tráfico de esclavos desde el sur del desierto, pero seguramente Cam pasó a ser del todo negro allá por siglos XVI o XVII, cuando la esclavitud se convirtió en el gran negocio europeo.

A partir de entonces se otorgó prestigio divino y vida eterna al tráfico negrero. La razón al servicio de la religión, la religión al servicio de la opresión: como los esclavos eran negros, Cam debía ser negro. Y sus hijos, también negros, nacían para ser esclavos, porque Dios no se equivoca.

Y Cam y sus hijos y los hijos de sus hijos tendrían pelo motudo, ojos rojos y labios hinchados, andarían desnudos luciendo sus penes escandalosos, serían aficionados al robo, odiarían a sus amos, jamás dirían la verdad y dedicarían a las cosas sucias su tiempo de dormir.


EDUARDO  GALEANO.

9.11.21

" División del trabajo."

"Dicen que fue el rey Manu quien otorgó prestigio divino a las castas de la India.

De su boca brotaron los sacerdotes. De sus brazos, los reyes y los guerreros. De sus muslos, los comerciantes. De sus pies, los siervos y los artesanos.

Y a partir de entonces se construyó la pirámide social, que en la India tiene más de tres mil pisos.

Cada cual nace donde debe nacer, para hacer lo que debe hacer. En tu cuna está tu tumba, tu origen es tu destino: tu vida es la recompensa o el castigo que merecen tus vidas anteriores, y la herencia dicta tu lugar y tu función.

El rey Manu aconsejaba corregir la mala conducta: si una persona de casta inferior escucha los versos de los libros sagrados, se le echará plomo derretido en los oídos; y si los recita, se le cortará la lengua. Estas pedagogías ya no se aplican, pero todavía quien se sale de su sitio, en el amor, en el trabajo o en lo que sea, arriesga escarmientos públicos que podrían matarlo o dejarlo más muerto que vivo.

Los sincasta, uno de cada cinco hindúes, están por debajo de los de más abajo. Los llaman intocables, porque contaminan: malditos entre los malditos, no pueden hablar con los demás, ni caminar sus caminos, ni tocar sus vasos ni sus platos. La ley los protege, la realidad los expulsa. A ellos, cualquiera los humilla; a ellas, cualquiera las viola, que ahí sí que resultan tocables las intocables.

A finales del año 2004, cuando el tsunami embistió contra las costas de la India, los intocables se ocuparon de recoger la basura y los muertos.

Como siempre."

EDUARDO  GALEANO.

" Las clases sociales"

En los primeros tiempos, tiempos de hambre, estaba la primera mujer escarbando la tierra cuando los rayos del sol la penetraron por atrás. Al rato nomás, nació una criatura.

Al dios Pachacamac no le cayó nada bien esa gentileza del sol y despedazó al recién nacido.

 Del muertito brotaron las primeras plantas.

 Los clientes se convirtieron en granos de maíz, los huesos fueron yucas, la carne se hizo papa, boniato, zapallo...

La furia del sol no se hizo esperar.

 Sus rayos fulminaron la costa de Perú y la dejaron seca para siempre.

 Y la venganza culminó cuando el sol partió tres huevos sobre esos suelos.

Del huevo de oro salieron los señores.

Del huevo de plata, las señoras de los señores.

Y del huevo de cobre, los que trabajan.


EDUARDO  GALEANO.

8.11.21

"Parpadeo en la historia del universo."


 " Es la aventura de Cambiar y de Cambiarnos

la que hace que valga la pena

este parpadeo en la historia del Universo...

que somos Nosotros".

Eduardo Galeano.

7.11.21

Crónica de la ciudad de Quito.

CHOCO.

En las manifestaciones de izquierda, desfila a la cabeza. Suele asistir a los actos culturales, aunque lo aburren, porque sabe que después hay farra. Le gusta el ron, sin hielo ni agua, pero que sea cubano.

Respeta los semáforos. Camina Quito de punta a punta, al derecho y al revés, recorriendo amigos y enemigos.

En las subidas, prefiere el ómnibus, y se cuela sin pagar boleto. Algunos choferes le tiran la bronca: cuando se baja, le gritan tuerto de mierda.

Se llama Choco y es buscabronca y enamorado. Pelea hasta con cuatro a la vez; y en las noches de luna llena, se escapa a buscar novias. Después cuenta, alborotado, las locas aventuras que viene de vivir. Mishy no le entiende los detalles, aunque le capta el sentido general.

Una vez, hace años, se lo llevaron muy fuera de Quito. La comida no alcanzaba, y resolvieron dejarlo en el lejano pueblo donde había nacido. Pero volvió. 

Al mes, volvió. Llegó a la puerta de su casa y se quedó ahí tirado, sin fuerza para celebrarlo moviendo el rabo, ni para anunciarlo ladrando. Había andado por muchas montañas y avenidas y llegó en las últimas, hecho una piltrafa, los huesos a la vista, el pellejo sucio de sangre seca. Desde entonces odia los sombreros, los uniformes y las motocicletas.


EDUARDO GALEANO

4.11.21

"Las brujas"

 "En el año 1770, una ley inglesa condenó a las mujeres engañeras. 

Estas pérfidas seducían a los súbditos de Su Majestad y los empujaban al matrimonio utilizando malas artes tales como perfumes, pinturas, baños cosméticos, dentaduras postizas, pelucas, rellenos de lana, corsés, armazones, aros y aretes y zapatos de tacones altos.
Las autoras de estos fraudes, decía la ley, serán juzgadas según las leyes vigentes contra la brujería, y sus matrimonios serán declarados nulos y disueltos.
El atraso tecnológico impidió incluir las siliconas, la liposucción, el bótox, las cirugías plásticas y otros prodigios quirúrgicos y químicos".

EDUARDO  GALEANO.

29.10.21

" Polvo de arroz".

Arthur Friedenreich. 

El mulato de ojos verdes.

 1921. Río de Janeiro

El presidente Epitácio Pessoa hace una recomendación a los dirigentes del fútbol brasileño. Por razones de prestigio patrio, les sugiere que no envíen a ningún jugador de piel oscura al próximo Campeonato Sudamericano.

 Sin embargo, Brasil fue campeón del último Sudamericano gracias a que el mulato Arthur Friedenreich metió el gol de la victoria; y sus zapatos, sucios de barro, se exhiben desde entonces en la vitrina de una joyería. 

Friedenreich, nacido de alemán y negra, es el mejor jugador brasileño.

 Siempre llega último a la cancha. Le lleva por lo menos media hora plancharse las motas en el vestuario; y después, durante el juego, no se le mueve un pelito ni al cabecear la pelota.

El fútbol, diversión elegante para después de la misa, es cosa de blancos.

–¡Polvo de arroz! ¡Polvo de arroz! –gritan los hinchas contra Carlos Alberto, otro jugador mulato, el único mulato del club Fluminense, que con polvo de arroz se blanquea la cara.

EDUARDO GALEANO

Del libro: " Cerrado por Fútbol", Siglo Veintiuno Editores.

25.10.21

21.10.21

"El derecho de soñar".

 "El derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos

 que las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948, 

pero si no fuera por él, por el derecho de soñar,

 y por las aguas que da de beber,

 los demás derechos se morirían de sed"

EDUARDO GALEANO

20.10.21

" Otro mundo es posible."

"La verdad es lo que es,

 y sigue siendo verdad

 aunque se piense al revés"

Antonio Machado.

Vivimos en un mundo que es cada vez más desigual y también es más igualador  .

 Desigual en las oportunidades que ofrece e igualador en las costumbres que impone.

 Un mundo que te condena a morir de hambre o aburrimiento. 

Nosotros no lo aceptamos como destino, no es el único mundo posible".

EDUARDO  GALEANO.

Entrevista.