16.10.17

" Secuestro de brazos. Robo del alma."

- Obra de Kingman -
"Matar al indio y salvar al hombre, aconsejaba el piadoso coronel
 norteamericano Henry Pratt.
 Y muchos años después, el novelista peruano Mario Vargas Llosa explica 
que no hay más remedio que modernizar a los indios,
 aunque haya que sacrificar sus culturas, para salvarlos del hambre y la miseria.
La salvación condena a los indios a trabajar de sol a sol en minas y plantaciones,
 a cambio de jornales que no alcanzan para comprar una lata de comida para perros.
 Salvar a los indios también consiste en romper sus refugios comunitarios
 y arrojarlos a las canteras de mano de obra barata en la violenta intemperie
 de las ciudades, donde cambian de lengua y de nombre y de vestido
 y terminan siendo mendigos y borrachos y putas de burdel.
 O salvar a los indios consiste en ponerles uniforme y mandarlos,
 fusil al hombro, a matar a otros indios o a morir defendiendo al sistema que los niega.
 Al fin y al cabo, los indios son buena carne de cañón: 
de los 25 mil indios norteamericanos enviados a la segunda guerra mundial, murieron 10 mil.
El 16 de diciembre de 1492, Colón lo había anunciado en su diario:
 los indios sirven para les mandar y les hacer trabajar,
 sembrar y hacer todo lo que fuere menester
 y que hagan villas y se enseñen a andar vestidos y a nuestras costumbres.
 Secuestro de los brazos, robo del alma:
 para nombrar esta operación, en toda América se usa, desde los tiempos coloniales,
 el verbo reducir.
 El indio salvado es el indio reducido. 
Se reduce hasta desaparecer: vaciado de sí, es un no-indio, y es nadie."

EDUARDO  GALEANO

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