“Detesto a los lastimeros,
odio a los quejosos,
admiro a quienes saben aguantar callando los golpes del mal tiempo,
y por suerte nunca falta algún amigo que me dice
que siga escribiendo nomás,
que los años ayudan
y que la calvicie ocurre por pensar demasiado
y es una enfermedad profesional.
Escribir cansa, pero consuela”.
EDUARDO GALEANO
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