“Yo soy como soy y tú eres como eres,
construyamos un mundo donde yo pueda ser
sin dejar de ser yo,
donde tú puedas ser sin dejar de ser tú,
y donde ni yo ni tú obliguemos al otro a ser como yo o como tú.”
- Subcomandante Marcos -
"En Chiapas, los enmascarados desenmascaran al poder. Y no sólamente al poder local, que está en manos de los devastadores de bosques y los exprimidores de gentes.
La rebelión zapatista viene desnudando también, desde hace un año y medio, al poder que reina sobre todo México, un poder cuyas peores costumbres enseñan que las urnas y las mujeres están para ser violadas y que hacer política consiste en robar hasta las herraduras de los caballos en pleno galope.
Pero los ecos de Chiapas llegan más allá de la comarca y el reino.
Marcos, el portavoz, ha dicho que él es zapatista en México y también es gay en San Francisco, negro en África del Sur, musulmán en Europa, chicano en Estados Unidos, palestino en Israel, judío en Alemania, pacifista en Bosnia, mujer sola en cualquier metro a las diez de la noche, campesino sin tierra en cualquier país, obrero sin trabajo en cualquier ciudad.
Y en una carta entrañable, el sub ha evocado a su amigo, el viejo Antonio, y ha contado que el viejo Antonio opina que cada cual tiene el tamaño del enemigo que elige. Ahí está, creo, la clave de la grandeza de este pequeño movimiento campesino, que ha brotado en un lugar que nunca había sido noticia para los fabricantes de opinión pública: su grito tiene resonancia universal, porque expresa una pasión de justicia y una vocación solidaria que desafían al todopoderoso sistema que impunemente se ha apoderado del planeta entero.
Y el desafío se formula con bravura en los hechos y con sentido del humor
en las palabras, con coraje y con alegría, que nos den cosas que buena falta nos hacen."
EDUARDO GALEANO
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