"Los onas fueron melancólicos testigos del fin de su pueblo,
de cómo su cultura y su lengua se hundían en el olvido" .
Anne Chapman.
Cada dos semanas muere una lengua.
El mundo disminuye cuando pierde sus humanos decires, como pierde la diversidad de sus plantas y sus bichos.
En 1974 murió Ángela Loij, una de las últimas indígenas onas de Tierra del Fuego, allá en el fin del mundo y la última que hablaba su lengua.
Solita cantaba Ángela, para nadie cantaba, en esa lengua que ya nadie recordaba:
Voy andando por las pisadas
de aquellos que se fueron.
Perdida estoy.
En tiempos idos, los onas adoraban varios dioses.
El dios supremo se llamaba Pemaulk.
Pemaulk significaba Palabra.
EDUARDO GALEANO.
De :" Mujeres."
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