2.7.15

"Familia".


"Jerónimo, el abuelo de José Saramago, no tenía letras, pero era sabido; y callaba lo que sabía.
Cuando se enfermó, supo que había llegado su hora.
 Y calladamente caminó por el huerto, deteniéndose de árbol en árbol, y uno por uno los abrazó. Abrazó a la higuera, al laurel, al granado y a los tres o cuatro olivos.
En el camino, un automóvil esperaba.
El automóvil se lo llevó hacia Lisboa, hacia la muerte.
 Bocas del tiempo.

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