13.2.17

Tu futuro te condena .



Siglos antes de que naciera la cocaína, ya la coca fue hoja del Diablo. 
Como los indios andinos la mascaban en sus ceremonias paganas, la Iglesia 
incluyó la coca entre las idolatrías a extirpar. Pero las plantaciones, lejos de 
desaparecer, se multiplicaron por cincuenta desde que se descubrió que la coca 
era imprescindible. Ella enmascaraba la extenuación y el hambre de la multitud 
de indios que arrancaban plata a las tripas del Cerro Rico de Potosí. 
Algún tiempo después, también los señores de la colonia se acostumbraron 
a la coca. Convertida en té, curaba indigestiones y resfríos, aliviaba dolores, 
daba bríos y evitaba el mal de altura. 
Hoy en día, la coca sigue siendo sagrada para los indios de los Andes y 
buen remedio para cualquiera. Pero los aviones exterminan los plantíos, para 
que la coca no se convierta en cocaína. 
Sin embargo, los automóviles matan mucha más gente que la cocaína y a 
nadie se le ocurre prohibir la rueda. 

Eduardo Galeano.

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