26.2.21

" África mía."

Yo no acepto la palabra negro porque considero que no existe una identidad negra dentro de la especie humana, como tampoco existe una identidad blanca. No existe un ser humano blanco, un ser humano negro, un ser humano amarillo, que se aplica a los asiáticos. 

 El ser humano no tiene color, su piel puede ser oscura, más oscura, más clarita, con todas las tonalidades que puedan existir, lo que tenemos son nacionalidades y tenemos nombres. 

En Argentina, cada uno tiene su nombre, pero al nombrar al afrodescendiente

 desaparece la identidad directamente y se le dice “el negro”.

 Nengumbi Celestin Sukamao.

Fundador del Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integración

 



 Febrero 26


A fines del siglo diecinueve, las potencias coloniales europeas se reunieron, en Berlín, para repartirse el África.

Fue larga y dura la pelea por el botín colonial, las selvas, los ríos, las montañas, los suelos, los subsuelos, hasta que las nuevas fronteras fueron dibujadas y en el día de hoy de 1885 se firmó, en nombre de Dios Todopoderoso, el Acta General.

Los amos europeos tuvieron el buen gusto de no mencionar el oro, los diamantes, el marfil, el petróleo, el caucho, el estaño, el cacao, el café ni el aceite de palma; prohibieron que la esclavitud fuera llamada por su nombre; llamaron sociedades filantrópicas a las empresas que proporcionaban carne humana al mercado mundial; advirtieron que actuaban movidos por el deseo de favorecer el desarrollo del comercio y de la civilización y, por si hubiera alguna duda, aclararon que actuaban preocupados por aumentar el bienestar moral y material de las poblaciones indígenas.

Así Europa inventó el nuevo mapa del África.

Ningún africano estuvo, ni de adorno, en esa reunión cumbre."

EDUARDO  GALEANO .
De: " Los hijos de los días".

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