28.9.16

Cátedra de Lingüística.


 A la ventura se marcharon tres hermanos, por tres caminos, y tres años después regresaron a su casa, en el sur de Veracruz.
El padre les preguntó qué habían aprendido en esos andares.
El hijo mayor contestó:
–Yo conocí las artes de sastrería.
El padre asintió.
El del medio informó:
–Yo me hice maestro en carpintería.
El padre aprobó.
El hijo menor contó:
–Yo aprendí el idioma de los pájaros.
Y el padre se enojó. 
El más muchacho, su hijo del alma, le venía con embustes.
 Entonces, un pájaro cantó, desde la rama más alta, sobre el tejado.
 Varias veces el pájaro cantó lo mismo, un canto que parecía anunciar alguna cosa, y el padre exigió al hijo menor:
–Si no eres un mentiroso, dime lo que dijo.
El hijo se negó, pero el padre insistió.
–No te gustará saberlo –advirtió el hijo.
Y cuando, por fin, tradujo el canto, el padre palideció y lo echó de la casa.

Eduardo Galeano

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