22.5.17

" Ronco de tanto gritar". Arturo Dueñas.

"Nada de lo humano me es ajeno".
Giovanni Bragolin

"Tienen la calle por casa.
 Son gatos en el salto y en el manotazo, gorriones en el vuelo, gallitos en la pelea.
 Vagan en bandadas, en galladas; duermen en racimos, pegados por la helada al amanecer.
 Comen lo que roban o las sobras que mendigan o la basura que encuentran; apagan el hambre y el miedo aspirando gasolina o pegamento. 
Tienen dientes grises y caras quemadas por el frío. 
Arturo Dueñas, de la gallada de la calle Veintidós, se va de su banda.
 Está harto de dar el culo y recibir palizas por ser el más pequeño, el chinche, el chichigua; y decide que más vale largarse solo. 

Una noche de éstas, noche como cualquier otra, Arturo se desliza bajo una mesa de restaurante, manotea una pata de pollo y alzándola como estandarte huye por las callejuelas.
 Cuando encuentra algún oscuro recoveco, se sienta a cenar. Un perrito lo mira y se relame. Varias veces Arturo lo echa y el perrito vuelve. 
Se miran: son igualitos los dos, hijos de nadie, apaleados, puro hueso y mugre. Arturo se resigna y convida. 

Desde entonces andan juntos, patialegres, compartiendo el peligro y el botín y las pulgas.
 Arturo, que nunca habló con nadie, cuenta sus cosas.
 El perrito duerme acurrucado a sus pies. 

Y una maldita tarde los policías atrapan a Arturo robando buñuelos, lo arrastran a la Estación Quinta y allí le pegan tremenda pateadura. 
Al tiempo Arturo vuelve a la calle, todo maltrecho.
 El perrito no aparece.
 Arturo corre y recorre, busca y rebusca, y no aparece.
 Mucho lo llama y nada. 
Nadie en el mundo está tan solo como este niño de siete años que está solo en las calles de la ciudad de Bogotá, ronco de tanto gritar."

EDUARDO GALEANO

Fuente :"Amares."

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